Recuerdo que eran días de calor, de esos de verdad, los de un julio adelantado que desde el primer momento no te da una tregua. Acababa de llegar a la agencia Europa Press como becario. Sentía que algo dentro de mí necesitaba renovarse, y nada mejor que empezar otra aventura digital. Así nació ‘Las cosas de Masa’, a la postre el proyecto con el que más tiempo llevo, y a veces al que más he maltratado.
No fue el primero. Antes hubo otros, pero ya ni merece la pena recordarlo. La vida trata precisamente de eso, quedarse en la estación viendo pasar trenes hasta que coges el adecuado, el que crees que más se adapta a ti, en el que sabes que más confortable irás. Por eso, ‘Las cosas de Masa’ ha sido mi casa perfecta. Durante estos cuatro años he hablado de todo y para todos. He opinado muchas veces por encima de mis posibilidades, pero lo bueno es nunca he obligado a nadie a leerme, o al menos no siempre.