Tiempo detenido

Las circunstancias son caprichosas, aunque a veces es cierto que nosotros nos encargamos de que así lo sean. Este Blog cumple dos años, y como alegría añadida, España vuelve a ganar un torneo internacional. Aunque no es menos cierto que si nació en julio, esta efeméride coincida, puesto que estos campeonatos se celebran en verano.

Pero bueno, al margen de pequeñas anécdotas personales, y es que celebrar cumpleaños en un Blog siempre alegra, y si es con victoria de 'La Roja', más aún, lo curioso es que dos años después todo parece seguir igual. Nada, salvo pequeñas cositas, parecen haberse movido.

Sí, un leve cambio en el Gobierno, entran unos por otros, pero haciendo lo mismo, algo más de ruido en la calle por el malestar general, y nada más. Lenvantarse hoy y enfrentarse a lo cotidiano sigue siendo tan desesperante como hace dos años. El trabajo sigue sin existir y su destrucción ya es un drama. Las líneas de crédito por parte de las entidades financieras son un mito. Políticos corruptos e ineptos siguen poblando la geografía y tomando medidas que solo salvan su gloria, y para más 'inri', la ministra de Sanidad es igual de incompetente que su predecesora.

Creemos que las cosas cambian, que la vida evoluciona, que todo es más rápido de lo que nuestra conciencia puede soportar. Pero a la hora de la verdad, cuando te levantas en una fresca mañana de julio y miras por la ventana, respiras la misma tranquilidad en el silencio de una calle poco transitada, pero luego, cuando alzas la vista hacia la sociedad, te das cuenta de que nada ha cambiado, que todo sigue igual.

Han pasado dos años, ha nacido y crecido Twitter, la gente se ha vuelto más vocera, creemos ser más listos y más libres, cuando en realidad estamos más sumimos a los poderes hermanados con el dinero de lo que nunca hemos estado. Por ejemplo, las operadoras de telefonía nos hacen consumir lo que no queremos consumir, la cultura es más cara, la gasolina es más cara, la vida es más cara... Pero bueno, escribimos un tweet insultando a alguien, y la segregación de endorfinas nos calma.

El tiempo se ha detenido. Han pasado dos años y todo sigue igual. Veremos a ver qué pasa dentro de otros dos. Esperemos seguir por aquí...