Hoy va ser un día raro. Será la primera vez desde hace dos años que miraré el correo sin la necesidad de que haya algún texto para subirlo a SHDC. Y es que 'Sin Hora de Cierre' se ha marchado para no volver. Aunque como me ha dicho recientemente un gran amigo y compañero: "para que nazcan nuevas cosas, otras deben morir".
Copiaré aquí la "carta póstuma" que ya he publicado en el propio SHDC. Por si a alguien le queda dudas:
Con la complicidad de un sábado gris y lluvioso de mayo. Sin hacer ruido, puesto que ya creo que hemos hecho el suficiente, y sin avisar a quienes primero debían saberlo, es como echamos el cerrojo a este lugar.
‘Sin Hora de Cierre’ pone punto y final a su andadura tal y como se ha conocido hasta ahora.
Con la sensación de que todavía quedaba mucho por contar, cosas que transmitir e historias que difundir, pero con la certeza absoluta de que en estos casi dos años hemos hecho todo lo que hemos podido, y más importante, todo lo que hemos querido.
En junio de 2009 nacía ‘Sin Hora de Cierre’ sin ninguna intención más lejana que la de contar lo que un grupo de personas pensaba. Seguramente nos hayamos confundido en muchas ocasiones, en otras, llevados por el intenso fuego de creernos unos entusiastas periodistas, o simplemente, amigos de contar cosas, hemos podido errar en nuestros planteamientos, o incluso fallado en los datos, cifras… por todo eso pedimos disculpas.
Pero no lo vamos hacer por nada más. Desde un primer momento hemos querido ser fieles a nosotros mismos, a unas ideas de libertad de expresión que hemos mantenido hasta el final.
Hoy, 7 de mayo, ponemos fin a la andadura. ‘Sin Hora de Cierre’, paradójicamente, cierra sus puertas.
Las palabras que escribo en esta última entrada son las más difíciles que nunca he tenido que teclear. Durante dos años SHDC ha sido mi vida. Yo he sido SHDC y SHDC ha sido yo.
He compartido, disfrutado, reído, soñado, malhumorado… Si hay algo que me deja muy tranquilo en todo este periplo es que he trabajado, de manera desinteresada, una cantidad de horas que no podría imaginar ahora mismo. Además, nos podemos ir con la tranquilidad de que no escapamos. El último mes (abril 2011) hemos tenido 4.700 usuarios, nuestro tope hasta la fecha, luego nos vamos en lo más alto que hemos llegado a estar. Y así, uno se puede marchar tranquilo.
Como esta es una despedida personal, pero en nombre de todo el equipo de SHDC, quiero agradecer en primer lugar, y por encima de todo, la colaboración de las 40 personas que han participado en el proyecto. Unos más, otro menos, algunos con mayor ilusión, otros más entusiastas, pero a fin de cuentas, siempre dando la cara por SHDC y todos los compañeros.
En segundo lugar, e igual de importante, quiero dar las gracias a esas más de 100.000 personas que desde junio de 2009 han visitado de alguna manera ‘Sin Hora de Cierre’, como a esas más de 400 personas que nos han seguido desde las páginas oficiales de Facebook o Twitter.
Podría exagerar está despedida y decir que lo hago con lágrimas en los ojos. La cuestión es que quien me conozca y sepa todo lo que he hecho por SHDC puede que incluso lo llegue a creer.
Aquí ponemos el punto y final. Como dijo una querida compañera, amiga y colaboradora en este proyecto, “lo bonito de las cosas es que se acaban”.
Copiaré aquí la "carta póstuma" que ya he publicado en el propio SHDC. Por si a alguien le queda dudas:
Con la complicidad de un sábado gris y lluvioso de mayo. Sin hacer ruido, puesto que ya creo que hemos hecho el suficiente, y sin avisar a quienes primero debían saberlo, es como echamos el cerrojo a este lugar.
‘Sin Hora de Cierre’ pone punto y final a su andadura tal y como se ha conocido hasta ahora.
Con la sensación de que todavía quedaba mucho por contar, cosas que transmitir e historias que difundir, pero con la certeza absoluta de que en estos casi dos años hemos hecho todo lo que hemos podido, y más importante, todo lo que hemos querido.
En junio de 2009 nacía ‘Sin Hora de Cierre’ sin ninguna intención más lejana que la de contar lo que un grupo de personas pensaba. Seguramente nos hayamos confundido en muchas ocasiones, en otras, llevados por el intenso fuego de creernos unos entusiastas periodistas, o simplemente, amigos de contar cosas, hemos podido errar en nuestros planteamientos, o incluso fallado en los datos, cifras… por todo eso pedimos disculpas.
Pero no lo vamos hacer por nada más. Desde un primer momento hemos querido ser fieles a nosotros mismos, a unas ideas de libertad de expresión que hemos mantenido hasta el final.
Hoy, 7 de mayo, ponemos fin a la andadura. ‘Sin Hora de Cierre’, paradójicamente, cierra sus puertas.
Las palabras que escribo en esta última entrada son las más difíciles que nunca he tenido que teclear. Durante dos años SHDC ha sido mi vida. Yo he sido SHDC y SHDC ha sido yo.
He compartido, disfrutado, reído, soñado, malhumorado… Si hay algo que me deja muy tranquilo en todo este periplo es que he trabajado, de manera desinteresada, una cantidad de horas que no podría imaginar ahora mismo. Además, nos podemos ir con la tranquilidad de que no escapamos. El último mes (abril 2011) hemos tenido 4.700 usuarios, nuestro tope hasta la fecha, luego nos vamos en lo más alto que hemos llegado a estar. Y así, uno se puede marchar tranquilo.
Como esta es una despedida personal, pero en nombre de todo el equipo de SHDC, quiero agradecer en primer lugar, y por encima de todo, la colaboración de las 40 personas que han participado en el proyecto. Unos más, otro menos, algunos con mayor ilusión, otros más entusiastas, pero a fin de cuentas, siempre dando la cara por SHDC y todos los compañeros.
En segundo lugar, e igual de importante, quiero dar las gracias a esas más de 100.000 personas que desde junio de 2009 han visitado de alguna manera ‘Sin Hora de Cierre’, como a esas más de 400 personas que nos han seguido desde las páginas oficiales de Facebook o Twitter.
Podría exagerar está despedida y decir que lo hago con lágrimas en los ojos. La cuestión es que quien me conozca y sepa todo lo que he hecho por SHDC puede que incluso lo llegue a creer.
Aquí ponemos el punto y final. Como dijo una querida compañera, amiga y colaboradora en este proyecto, “lo bonito de las cosas es que se acaban”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario