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España: un país en la basura


Hace unos 5 meses que me mudé donde resido actualmente. De entrada, un golpe de suerte, ya que visualicé de inmediato unos cubos de basura que estaban apenas a unos 20 metros, y eso en los fríos días de invierno siempre se agradece. Lo que no sabía en ese momento es que tiempo más tarde esos mismos cubos me iban a abofetear la cara para mostrarme el rostro más duro de la crisis económica día tras día.

España: la misma que hace 30 años

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Hace unos días repusieron en el canal 24h de TVE uno de esos programas de noticiarios de los años ’80, con sus imágenes de los años ’80, su locución de los años ’80, y los conflictos sociales de los años ‘80. Pero al cabo de unos minutos empecé a notar algo raro. Pese a las chaquetas de cuadros, los pantalones de campana y algún que otro bigote desmesurado, todo lo que estaban narrando del año 1983 me resultaba terriblemente cercano. Tanto, que si me dicen que se trata de un Informe Semanal del año 2013 me lo hubiera creído.

El tamaño sí importa

Da lo mismo por lo que sea, o la validez que tenga, lo importante en estos momento es comparar a España con otro país y evidenciar que salimos perdiendo en dicha comparativa. 

Ni mucho menos voy a hablar de "brotes verdes" o cualquier otra milonga de falso optimismo. La realidad es la que es y no puede ser otra. Pero dentro de que dicha realidad es dura, comprometida, y lo peor de todo, con un futuro bastante opaco, tampoco se puede pretender salir de esta crisis siendo lo que no somos. Y más complicado aún, no podemos salir adelante siendo lo que no podemos ser. 

Claro que sería fenomenal estar en las primeras posiciones del Informe PISA de Educación, o sería genial tener una democracia más participativa y directa, o un sistema bancario mucho más flexible y social. Pero debemos ser conscientes de un dato muy importante: España tiene 47 millones de habitantes, una pirámide poblacional invertida, y el lastre de un sistema autárquico que llevó a este país a un retraso social, cultural y económico del que ha sido muy difícil salir. Quien no quiera ver esto sabe que falta a la verdad. 

Por eso, no podemos ser ni como Finlandia, ni como Suiza, y tampoco somos Chipre (aunque en esto no por lo positivo). Da lo mismo el caso o la situación, lo sea educativo, político o financiero, España no puede compararse con países que no sobrepasan los 7 millones de habitantes, simplemente es ridículo. 

¿Cómo nos podemos comparar con un país cuya masa estudiantil es de unos 250.000 individuos, si solo eso lo tienen algunas universidades españolas?, ¿en serio que el número no importa para la gestión y calidad de los procesos? Si alguien cree que da lo mismo gestionar un sistema educativo minúsculo, con el de un país de casi 50 millones de habitantes, es que no quiere abrir los ojos. Pues lo mismo sucede con el último programa que ha emitido 'Salvados', una reposición de "Ciudadano Clinex" donde se habla de la democracia participativa. 

Así pues, ni cortos ni perezosos, nos comparamos con los sistemas democráticos de un país de 7 millones de habitantes. Encima, un Estado con un sistema político propio, con varias lenguas oficiales, "paraíso fiscal"... Pero da lo mismo, lo importante es hacer las comparaciones y sacar las conclusiones que nos dé la gana. 

Con todo esto ni digo, ni insinúo, que en España vayan bien las cosas, todo lo contrario. Pero lo que es hacerse trampas al solitario tiene que ver con las absurdas comparaciones de países que, en la suma de sus habitantes, seguirían teniendo la mitad de personas. Por eso sí creo que el tamaño importa, y mucho. Nuestras comparaciones tienen que hacerse con Francia, donde la educación tiene sus importantes carencias, o con Italia, precioso país donde el Norte quiere separarse del Sur... Y el que diga que las comparaciones hay que hacerlas con los países que marcan mejores índices en esos temas, lo primero que hay que hacer es ver su población, su renta per cápita, y varias cuestiones que nos hagan similares, y ya después, si eso, empezamos con las comparaciones.

Patxi López, presidente

Sí, el futuro del actual lehendakari socialista no pasa por Euskadi, más bien pasa por la política nacional, y concretamente por su cara a cara contra Mariano Rajoy en las próximas elecciones generales, sean cuando sean.

Hoy publica 'El Confidencial' un texto en el que habla de Patxi López como el tapado en Ferraz para suceder a Rubalcaba en la lucha contra el Partido Popular por llegar a La Moncloa. Si bien es cierto que todavía queda mucha lana que cardar, los que estuvimos en el pasado congreso socialista en Sevilla, vimos a dos vencedores: uno por votos, en el duelo entre Rubalcaba y Carme Chacón por la secretaría del partido, y otro por aclamación, Patxi López y la ovación que se llevó en su presentación al ser elegido miembro de la ejecutiva socialista, mayor incluso que la del propio ex ministro de Interior.

Eso es así. Por lo tanto, de tapado tiene muy poco. Lo que se respiró en Sevilla durante tres días dejaba muy claro que había una pareja que tendrá mucho que decir, López-Madina. Los más perseguidos por la prensa, los más solicitados por los militantes, ¿los herederos?.

Aunque todavía quedé una eternidad hasta que lleguen las elecciones, puesto que no me da la sensación de ver a Rajoy adelantando nada, lo cierto es que el PSOE debe ir preparando de una vez el relevo generacional que jubile a Rubalcaba. Con una oposición que quizás esté dejando bastante que desear, y la más que posible reelección de Rajoy como presidente, a tenor de las encuestas del CIS, lo lógico es que los socialistas se replanteen muy seriamente la sucesión de imágenes y caras dentro del partido.

Bien es cierto que Rubalcaba amagó, pero realmente solo resituó a cierta gente, eso sí, joven, en diferentes lugares, pero a fin de cuentas, los mismos que han estado con él desde hace varios años. Así pues, quizás, el PSOE necesite un aire nuevo, un aire que vendría del norte, y que con total seguridad lo ofrecerá Patxi López, habida cuenta de que su reelección como lehendakari parece descartada.

Capacidad y experiencia tiene. Pero lo que también tiene como una carga muy pesada es su nombre, su procedencia, y vivir en un país como este. No creo que nadie olvide su lugar de nacimiento, y por la Meseta eso se hace palpable. Raro se me hacía ver gobernando a una mujer y encima catalana, e igual de raro se me hace ver gobernar a un vasco. No digo que yo lo vea raro, digo que el sentir general, ese tufillo que emerge en las conversaciones de bar, hace eso, hoy por hoy, impensable.

No obstante, el PSOE se la tiene que jugar, y Patxi López es un caballo ganador, al menos una esperanza con mucho respaldo.

Los que de verdad hacen algo por España

Vaya por delante que no voy a defender a ningún político. No obstante, me parece injusto que si en la cesta de manzanas las hay podridas, aunque puedan ser mayoritarias, se crea que todas están en la misma situación. Habrá manzanas buenas, malas, que merezcan la pena, que den asco... Pero lo que debe estar claro es que una buena manzana vale por 10 McMenús, siempre y en cualquier sitio.

Este circunloquio viene a cuento de un tweet que he escrito esta mañana: "Fernando Alonso: "Sentía que tenía que hacer algo por España". Majete, espero que todo lo que ganas lo tributes, ¿no? Con eso valdría". Enseguida han llegado los reproches, las críticas y demás divagaciones. Bien es cierto que luego he indagado un poco y he visto que, efectivamente, el piloto de Ferrari "ha vuelto a casa". Bien es cierto que no con todo, pero el gesto le honra.

No obstante, el tema no va sobre Fernando Alonso. No quisiera yo meterme con una "vaca sagrada" de la sociedad española. Sino, precisamente, con ese endiosamiento que hay hacia ciertos personajes, sobre todo deportivos, o figuras que han ganado un reconocimiento son saber muy bien cuál es su valor.

Ojo. No reprocho nada a los Nadales, Gasoles y demás deportistas que nos dan fama y gloria. Tampoco critico lo que puedan hacer cantantes o artistas que venden la 'Marca España'. Mi única intención, a raíz de ese "tenía que hacer algo por España", es la de saber quién hace qué por nuestro país.

En este momento es donde reengancho el asunto de los políticos y las manzanas. Parece un auténtico suicidio defender en estos momentos a la clase política, sobre todo cuando la ciudadanía entera la ve con malos ojos. Pero hay una realidad: un buen político vale por 10 Rafa Nadales.

Lo de la ilusión y las alegrías deportivas está muy bien. Incluso pagando todos sus impuestos, creo que la buena gestión de un político es lo que verdaderamente necesita España. En realidad, lo que haga Alonso, Gasol o Lorenzo es totalmente contingente. La verdadera necesidad reside en la capacidad que un político tenga de hacer bien su trabajo. Esto puede pasar por saber cómo y cuándo construir, tomar decisiones que beneficien a su comunidad, elegir que opción es la correcta ante varias opciones, no gastar más de lo que se ingresa... Es cierto que hay un descrédito generalizado que impide confiar, pero la realidad es la que es.

Me gusta que Alonso gane, y que hable de España, pero no creo que nada de lo que haga le sirva a España. Insisto en que de ánimo no se puede vivir. También insisto en que seré el primero que anime a 'La Roja' en cada partido, y grite como si me fuera la vida en ello, pero soy consciente de lo que realmente necesita mi país. Pese a que en estos momentos, lo que se requiere, es decir, buenos políticos, no se encuentren en casi ningún lugar.

Lo que nos une

La esperada final de Copa del Rey llegó. Con ella las pitadas, las banderas, los nacionalismos, de uno y otro bando, en definitiva, las payasadas varias. Después de paseos por las Redes Sociales, la prensa, de distintos colores, y en general el pulso de la opinión ciudadana, todos estamos de acuerdo en una cosa: queremos ser felices.

Entonces, ¿por qué gastamos tantas energías en criticar lo ajeno? La obsesión nacional por meterse con el vecino, decir que está mal lo que hacen otros, ver siempre la paja en otro ojo... De verdad nos compensa tanto derroche de energía en "qué hacen los demás".

La libertad, para aquellos que no estén familiarizados con el término, es el acto que empieza en mi persona y termina donde empieza el de la persona que tengo al lado. Para ello nos hemos dotado de unos mecanismos legales que regulan esa capacidad. Por lo tanto, si alguien quiere pitar un himno, que lo pite. Si a otro le gusta salir con una bandera, que lo haga, ¿cuál es el problema? Cómprate tú una bandera más grande y ponla en la terraza de tu casa.

Sinceramente no entiendo la crispación que se está generando contra todo. Además, creo que la situación económica ya es bastante mala como para andar peleados cada dos días. Vamos a remar juntos. Son más las cosas que unen que las que nos hacen creer que nos separa.

Sin ir más lejos, esta noche, tenemos nuestro querido Festival de Eurovisión. Tan viejo como el solo, y tan polémico como nosotros. Por qué no disfrutamos y criticamos mañana a la buena de Pastora Soler. Por qué no reímos, por qué no nos enfadamos de verdad con el asunto de Bankia y las entidades financieras que hayan hecho una mala gestión. Simplemente somos tontos. Nos enzarzamos en cuestiones vanales, absurdas... el fútbol, las banderas, los himnos, que si este ha dicho y el otro ha dejado de decir, un peñón en mitad de la nada...

Somos españoles, vascos, catalanes, asturianos, somos lo que cada uno quiera ser. Con respeto, tolerancia y la conciencia de que hay mayores problemas que resolver. Sigo pensando que hay más cosas que nos unen... Y ahora, todos a apoyar a Pastora Soler, o el que quiera, o a berrearla, que cada uno haga lo que quiera, pero todos juntos.

Con mi sangre y mi cultura

Con el pincel de Picasso,
con la guitarra de Paco,
con la música de Falla,
con la voz de la Jurado.

Pida perdón a los libros
de García Lorca y Machado,
que unos fachas como usted
por su sentir lo fusilaron.

Llevo unos días con el run run detrás de la oreja, y es que tras ver un comentario en un texto de SHDC que hacía referencia a la procedencia de uno de los comentaristas, sigo pensando que el conocimiento de la cultura y la historia española es mínimo.

Aclaremos la situación. En primer lugar, el comentario tenía connotaciones regionales, pues hacía la correlación causa efecto de que fuera andaluz para que escribiera mal. Por ello, y en segundo lugar, hoy me apetece traer a este espacio, y porque sí, una famosa chirigota que representa de manera perfecta el sentir andaluz hacia las desfachateces de algunos catalanes.

No quiero desde aquí entrar en un juego anticatalán, entre otras otras porque soy defensor a ultranza del bilingüismo, las "peculiaridades" regionales, etc... lo hago más extensible al hecho estereotipado, por desgracia, que hay del andaluz y Andalucía.

Pero creo que la chirigota que traigo lo define a la perfección. Andalucía es la mayor cuna de creación cultural que ha habido en España a lo largo de la historia, y punto. Burlarse del acento de la ex ministra de Fomento Magdalena Álvarez como en su día hicieran algunos, o esa prerrogativa de pensar que los andaluces son unos vagos graciosetes, es un tópico muy típico que no hace sino demostrar la verdadera incultura y desconocimiento de quien lo expresa.

En Andalucía hay vagos y vagas como en toda España, pero sobre todo, lo que hay es una nobleza y una bondad en sus gentes que hace que un humilde madrileño se sienta gaditano allá por donde vaya.

* "Hermano", gracias por enseñarme a ser andaluz... Te dejo aquí una de esas gotitas de arte que me has mostrado en todos estos años.


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