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Patxi López, presidente

Sí, el futuro del actual lehendakari socialista no pasa por Euskadi, más bien pasa por la política nacional, y concretamente por su cara a cara contra Mariano Rajoy en las próximas elecciones generales, sean cuando sean.

Hoy publica 'El Confidencial' un texto en el que habla de Patxi López como el tapado en Ferraz para suceder a Rubalcaba en la lucha contra el Partido Popular por llegar a La Moncloa. Si bien es cierto que todavía queda mucha lana que cardar, los que estuvimos en el pasado congreso socialista en Sevilla, vimos a dos vencedores: uno por votos, en el duelo entre Rubalcaba y Carme Chacón por la secretaría del partido, y otro por aclamación, Patxi López y la ovación que se llevó en su presentación al ser elegido miembro de la ejecutiva socialista, mayor incluso que la del propio ex ministro de Interior.

Eso es así. Por lo tanto, de tapado tiene muy poco. Lo que se respiró en Sevilla durante tres días dejaba muy claro que había una pareja que tendrá mucho que decir, López-Madina. Los más perseguidos por la prensa, los más solicitados por los militantes, ¿los herederos?.

Aunque todavía quedé una eternidad hasta que lleguen las elecciones, puesto que no me da la sensación de ver a Rajoy adelantando nada, lo cierto es que el PSOE debe ir preparando de una vez el relevo generacional que jubile a Rubalcaba. Con una oposición que quizás esté dejando bastante que desear, y la más que posible reelección de Rajoy como presidente, a tenor de las encuestas del CIS, lo lógico es que los socialistas se replanteen muy seriamente la sucesión de imágenes y caras dentro del partido.

Bien es cierto que Rubalcaba amagó, pero realmente solo resituó a cierta gente, eso sí, joven, en diferentes lugares, pero a fin de cuentas, los mismos que han estado con él desde hace varios años. Así pues, quizás, el PSOE necesite un aire nuevo, un aire que vendría del norte, y que con total seguridad lo ofrecerá Patxi López, habida cuenta de que su reelección como lehendakari parece descartada.

Capacidad y experiencia tiene. Pero lo que también tiene como una carga muy pesada es su nombre, su procedencia, y vivir en un país como este. No creo que nadie olvide su lugar de nacimiento, y por la Meseta eso se hace palpable. Raro se me hacía ver gobernando a una mujer y encima catalana, e igual de raro se me hace ver gobernar a un vasco. No digo que yo lo vea raro, digo que el sentir general, ese tufillo que emerge en las conversaciones de bar, hace eso, hoy por hoy, impensable.

No obstante, el PSOE se la tiene que jugar, y Patxi López es un caballo ganador, al menos una esperanza con mucho respaldo.

La eterna campaña de Rajoy

Alguien de buen corazón, y sobre todo con un poco de inteligencia política, debería decirle al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, precisamente eso, que se trata del líder de una nación soberana de casi 50 millones de ciudadanos, y no el "jefe" de un partido político que busca la poltrona presidencial.

Los últimos datos sobre intención de voto siguen teniendo al Partido Popular bastante por encima de su rival directo, el PSOE. Alfredo Pérez Rubalcaba y su equipo, que se merecen otro post a parte, parece que no están haciendo bien nada. De ahí que Rajoy siga pensando que es mejor hundirles cuanto antes y liberarse de la cansina oposición socialista que podría ponerles en problemas.

Vamos, que en estos momentos, Mariano Rajoy parece que sigue en plena campaña electoral más que presidiendo un país que se encuentra inmerso en la mayor crisis económica, política y social de su historia.

Repasando la reciente agenda del líder popular, parece claro que sus actos están más encaminados al mantenimiento de su imagen y presencia amable en los medios, que a verdaderos actos políticos de trascendencia.

La recuperación del Códice Calixtino y su lucha para protegerlo, la inauguración en Madrid de la nueva sede del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la clausura del curso de verano organizado por FAES... Todo eso en la última semana. Fotos con gente del partido, antiguos presidentes, inauguraciones. Vamos, que si alguien mira la agenda del presidente y la analiza, bien pudiera pensar que estamos en noviembre de 2011, y que todo es parte de la campaña electoral.

La cuetión, pertinente, surge en la base de su realidad como presidente del gobierno español. Bien es cierto que por asistir a más cumbres, o tener más entrevistas con altos mandatarios o preisdentes regionales, no soluciona nada. Pero al menos no da la sensación de que su agenda está vacía de los problemas que preocupan a la gente. Su obsesión por cuidar la imagen, eso sí, sin hablar con periodistas, buscar en todo momento la foto que le sitúa en el centro, pero de algo amable, en definitiva, los quehaceres de un líder de oposición, sitúan a Mariano Rajoy en un prisma de presidente poco presidenciable. Quizás tantos años en la oposición le pasan factura, y ahora sienta un agravado Síndrome de Estocolmo.

La militancia borreguera

Lo reconozco, tachar a la gente de borrego adoctrinado por la masa es algo que me encanta. Habrá quien piense que yo también seré igual y bla, bla, bla. Pero no, sinceramente creo que todavía hay un reducto en mí para la salvación.

Pero hablando de borregos, masa y gente que no piensa por si misma, nada mejor que una campaña electoral para tener varias dosis de eso.

Concretamente me di cuenta antes de ayer. Tras una entrevista de Mariano Rajoy en 'Antena 3', bueno, o algo parecido, el líder popular dejó caer por lo bajini que podría haber una modificación en la Ley antitabaco. Vaya, modificar esa Ley solo se puede hacer de dos maneras. Una, matando a todos los fumadores, que sería la versión más radical, o dos, volviendo a levantar la mano y dejar que se vuelva a fumar en ciertos lugares.

Pues bien, la reacción fue bastante dispar. Por un lado, los que no fuman y están contentos porque se pueda respirar en bares, restaurantes y locales de noche. Los que fuman, y, evidentemente se alegran, y los que no fuman pero son del PP. Estos últimos son los que más me gustan.

Son los seres inertes que prefiern hacer de tripas corazón por su gran líder y decir soplapolleces como que se trata de un sacrificio para el sector hosterelo, o varias imbeciladas más. Todo por no ir en contra de algo. Todo por seguir una corriente de pensamiento ruda y absurda que nos lleva a ver los toros, beber vino y fumar puros. Todo por ir a esa ESPAÑA cañí, desfasada y anacrónica.

Simplemente un ejercicio de masa complaciente con su líder. Tanto cuesta decir que se hacen cosas mal. De verdad le supone tanto esfuerzo a un votante del PP decir que no está de acuerdo con Rajoy. En fin, que se preparen para chupar humo... y lo que haga falta.

Vamos a la tarea


¿Dónde han estado todas estas propuestas durante los últimos siete años?

Sí, la primera pregunta que emerge por doquier en las redes sociales es la arriba planteada. Tras escuchar el discurso de Rubalcaba la conjetura es muy simple, ¿por qué no antes?

Díficil respuesta. Y más difícil todavía es creer en todo esto. A uno le queda la sensación de que le han estado tomando el pelo durante los últimos tres años, principalmente los de la crisis. Pero una vez superado este primer trauma, y viendo cuál es la alternativa, lo siguiente que cabe plantearse es ¿y por qué no?

Los dos principales candidatos que se presentan para la presidencia fueron ministros en sus respectivos partidos hace más de 10 años. Por lo tanto, la diferencia entre uno y otro es muy sutil. Por lo que respecta a los partidos... bien es cierto que el PSOE se merece un voto de castigo, un tirón de orejas en condiciones por su gestión de la crisis, pero hay que ir más allá.

En el último post relataba que tras un desayuno informativo con Mariano Rajoy, le había visto a éste preparado para gobernar. Pues bien, tras una hora larga de discurso, me doy cuenta de que Rubalcaba está mucho más preparado para gobernar. No hablo de partido, hablo de candidatos. Y es que Rubalcaba ha golpeado primero, en todo el mentón. Una hora de propuestas, escenificaciones de futuro, ideas... Mientras que Rajoy lleva siete años de descalificaciones, silencios y escasa o nula aportación de futuro.

Este primer asalto lo ha ganado Rubalcaba. Vale, él forma parte del "Gobierno de la Crisis", pero ante esta disyuntiva tenemos dos opciones; la primera es que nos dejemos guiar por lo sucedido y votemos en masa al partido que menos nos disguta, el PP, o que por el contrario hagamos borrón y cuenta nueva y esperemos a que cada partido y candidato presenten sus propuestas, y por lo tanto votar en presente con miras de futuro.

Yo haré lo segundo. No voy a ideologizar mi voto. Se lo daré al que se gane mi confianza. Ese contador se activó ayer. He visto a los dos, ahora tienen que convencer más...

Lo tiene muy claro

Vale, no descrubro nada diciendo que Mariano Rajoy y el Partido Popular en su conjunto quieren que se adelanten las elecciones generales. Pero hoy, después de asistir a un desayuno informativo con Rajoy y el presidente de Galicia, Núñez Feijóo, me he dado cuenta de que está preparado para gobernar.

Lo sé, puede que no sea el mejor de los candidatos, pero es el que hay. Además, la alternativa de Rubalcaba no acaba de convencerme. No porque no piense que el ya ex ministro de Interior no sea válido, todo lo contrario. Pero tal y como han advertido durante el desayuno, Rubalcaba emerge en el seno del Gobierno que no supo ver venir la crisis, y lo que es peor, el Gobierno que no supo cómo gestionarla.

Por todo ello, y ante la realidad que van a definir las urnas, me he convencido de que la mejor opción es Rajoy. Creo que debe sanearse el PSOE, y eso pasa por una derrota electoral. No muy acusada, puesto que tras los grandes golpes a veces cuesta mucho levantarse, pero sí algo pronunciado, algo que les haga repensar que han hecho mal durante los últimos tres años y que no deberían volver hacer.

En lo que a mí respecta, ya estoy preparado para el cambio de Gobierno. Además, creo que cuanto antes asumamos lo que va suceder, será mejor para todos. Por eso, desde esta pequeña tribuna, y gracias a la suerte que me brinda mi trabajo por haber compartido bollos de chocolate y zumo con Mariano Rajoy, le doy mi bendición para gobernar.

Ya lo dije...

Me "jode" tener razón, pero hace unos días ya lo dije, y hoy, me apetece repetirlo: el PP no quiere gobernar, al menos de momento.

Y para dar más motivos, y que alguien me tache de loco, estoy casi seguro de que al PP no le gusta mucho eso de haber teñido de azul el mapa de la península. El motivo, el mismo al que ahora se enfrenta el nuevo Gobierno de derechas portugués: tener que acometer las reformas y recortes.

La argumentación de todo esto viene derivado de las palabras de Mariano Rajoy en los últimos días. Primero fueron las caricias y los hay que hacer recortes, luego los besos en el cuello y su "el estado del bienestar peligra", y ahora su puntita en forma de auditorias selectivas. En fin, que como buen indefinido que es, no se atreve a decir que en cuanto llegue al poder nacional seguirá con los recortes económicos que este país necesita.

Lo peor, lo que menos alcanzo a comprender de este asunto, es por qué cuesta tanto decir que hay que subir impuestos, rebajar salarios y reducir gastos e inversión. ¿Soy el único que sabe que todo eso se tiene que hacer en este próximo año?

No somos Potugal, ni Irlanda, ni Grecia. Y no lo somos porque nuestras medidas de ajuste están siendo relativamente buenas. El tema de las Comunidades Autónomas, el siguiente punto sobre el que se debe poner el foco. Lo malo es que ahora esa responsabilidad es del PP, y esa patata está muy caliente. A ver cómo se explica ahora a los trabajadores públicos, autonómicos y municiales, que hay que bajarles el sueldo... "si eso eran cosas del ZP".

Lo malo de estar en la Oposición y no ser consecuente es que al dar la vuelta a la tortilla, si no has sido muy cauto al cuajarla, puede acabar en el suelo.
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