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El problema es el futuro


Miren a su alrededor, sonrían, pero cuidado, porque mañana no sabremos qué nos espera. Como ya dije por aquí no soy analista político ni nada parecido, pero como me afano en ser opinador profesional, debo subirme al púlpito para comentar lo que pienso de las Elecciones Europeas y todo lo que ha sucedido. 

Tras intentar leer alguna opinión más y mejor formada que la mía, aunque es difícil, porque el periodismo está en crisis y se nota, por mucho que digan que no, aunque ese es otro tema, la única realidad de estas Elecciones Europeas es que la gente empieza a confiar menos en el PSOE y el PP, y algo más en otro tipo de formaciones políticas que, sin traer nada nuevo bajo al brazo, al menos tienen caras distintas, que ya es algo.

Mis #EleccionesEuropeas (Faltan 5 días)


No soy analista político, y lo bueno es que tampoco pretendo serlo. Aunque lo cierto es que a veces he opinado sobre este tema muy por encima de mis posibilidades. De hecho, solo hay que mirar las etiquetas temáticas del Blog para darse cuenta de que se me van solos los dedos por el teclado cuando se trata de política.

Mis #EleccionesEuropeas (Faltan 10 días)


La cuenta atrás para otra estúpida demostración de la falsa democracia que nos reina ha empezado. Faltan 10 días para que millones de europeos vayamos a las urnas ignorantes, como el ganado antes de morir, para echar una papeleta en una urna. Entonces, ¿si no creo en nada de esto, por qué escribir sobre ello? 

Bien. Una cosa es que no me guste, no crea en ello, o piense que no vale para nada, y otra bien distinta es que como ciudadano, y pese al escaso o nulo margen de maniobra que tengo, pueda (y deba) expresar mi opinión, que al final es de lo que va esto. Por ello, hasta el próximo domingo intentaré escribir algunas cosas al respecto.

¿Hay alternativas políticas en España?

alternativas politicas españa

(10 / abr / 2014) - Desde hace bastante tiempo, y con la lógica cercanía de las próximas elecciones europeas, o lo que realmente suponen en España: un plebiscito a la gestión del Gobierno sobre el ecuador de su legislatura, vengo pensando si en España hay alternativas políticas, o mejor dicho, si existe una disparidad de ideas que puedan cobijar las distintas sensibilidades de cada persona. Mi respuesta, vaya por adelantado, es que sí.

La militancia borreguera

Lo reconozco, tachar a la gente de borrego adoctrinado por la masa es algo que me encanta. Habrá quien piense que yo también seré igual y bla, bla, bla. Pero no, sinceramente creo que todavía hay un reducto en mí para la salvación.

Pero hablando de borregos, masa y gente que no piensa por si misma, nada mejor que una campaña electoral para tener varias dosis de eso.

Concretamente me di cuenta antes de ayer. Tras una entrevista de Mariano Rajoy en 'Antena 3', bueno, o algo parecido, el líder popular dejó caer por lo bajini que podría haber una modificación en la Ley antitabaco. Vaya, modificar esa Ley solo se puede hacer de dos maneras. Una, matando a todos los fumadores, que sería la versión más radical, o dos, volviendo a levantar la mano y dejar que se vuelva a fumar en ciertos lugares.

Pues bien, la reacción fue bastante dispar. Por un lado, los que no fuman y están contentos porque se pueda respirar en bares, restaurantes y locales de noche. Los que fuman, y, evidentemente se alegran, y los que no fuman pero son del PP. Estos últimos son los que más me gustan.

Son los seres inertes que prefiern hacer de tripas corazón por su gran líder y decir soplapolleces como que se trata de un sacrificio para el sector hosterelo, o varias imbeciladas más. Todo por no ir en contra de algo. Todo por seguir una corriente de pensamiento ruda y absurda que nos lleva a ver los toros, beber vino y fumar puros. Todo por ir a esa ESPAÑA cañí, desfasada y anacrónica.

Simplemente un ejercicio de masa complaciente con su líder. Tanto cuesta decir que se hacen cosas mal. De verdad le supone tanto esfuerzo a un votante del PP decir que no está de acuerdo con Rajoy. En fin, que se preparen para chupar humo... y lo que haga falta.

Rubalcaba, el más difícil todavía

Alguien debería decirle a Alfredo Pérez Rubalcaba que los siete puntos de diferencia que tiene de desventaja con respecto a Mariano Rajoy a ojos del CIS son una barbaridad. El hecho de que haya reducido los dobles dígitos que tenía Zapatero no significan nada, absolutamente nada.

Y digo que alguien debe ponerse en contacto con él y hacerselo mirar, porque el 'dream team' que está montando a su alrededor puede hacer de todo menos ayudarle. Me resulta muy duro criticar a Rubalcaba porque desde el 9 de julio ha sabido ganarme poco a poco. Aunque con la misma mesura y falta de programa y liderazgo, está haciendo que le vea con ojos de indiferencia.

El último bandazo lo ponen las caras que quiere sumar al cartel de su película. Casi se daba por sentado que Elena Valenciano, ¿quién es Elena Valenciano?, iba a ser la número dos, pero las grandes sorpresas vienen detrás. De ser cierta la información que ofrece 'Estrella Digital', estarán al lado del ex ministro de Interior gente tan aclamada como su sucesor en el cargo, Antonio Camacho, o Leire Pajín.

Digo yo. Siendo Rubalcaba tan valiente, por qué no se atreve a renovar en el cargo a González Sinde. Total, por poner una cara más de esas que no han gustado nada en el actual Gobierno, qué más dará.

No soy un experto en comunicación polítca, aunque me gustaría, pero me apetecería saber cómo va a presentar Rubalcaba a todo el elenco que le acompaña. Pajín, Camacho, Rosa Aguilar... Saber qué dirá de ellos, cómo exculpará todas sus meteduras de pata. Va ser interesante, muy interesante.

Todo el mundo sabía la fecha de las elecciones... ya

Todos los medios se han lanzado a asegurar que la noticia del adelanto electoral fue una sorpresa pero que todo el mundo lo esperaba.

Sí, claro. El FC Barcelona este año hará buen juego, pero puede que no gane nada. Jugar con dos postulados que pueden ser ciertos es muy sencillo para los medios de comunicación, pero la cuestión era saber el cuándo y el porqué. Y a día de hoy, nadie supo determinar la primera, y no se sabe dar explicación a la segunda.

El presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, esperó al último día laborable de julio para anunciar el adelanto electoral. ¿Por qué? Nadie lo sabe. Los que creen saberlo se lanzan a la piscina, total, mañana nadie dará cuenta de sus especulaciones. Pero que nadie juegue a ser el listo de la clase. Que por la cabeza de muchos miembros del PSOE rondaba la idea de que Zapatero debía convocar elecciones antes de final de año, eso no es sorpresa. Que Alfredo Pérez Rubalcaba sale beneficiado de este movimiento, es evidente, que no lo va a reconocer que ha tenido algo que ver, tampoco.

Así pues, tenemos elecciones generales el 20 de noviembre. Sobre la fecha, mil juegos y conjeturas. Que si beneficia a unos, que si otros se van a retratar. Era lo mejor, lo peor. Pues miren, una fecha más. Un día que puede no apetecer ir a votar si la campaña se pone tediosa, ruin y absurda, o sí, si ese 20-N se presenta soleado y con una mañana de paseo.

Y es que en ocasiones los aficionados la sociología juegan sin mesura al qué pasará y por qué. Interpretar lo de la fecha como una clara provocación y una idea de enfrentamiento, puede ser aplicable a cuatro fanáticos de ambos extremos que se toman ese día como una celebración, una ofensa o un ritual. Los demás, el resto de la ciudadanía, los que pagan facturas, dan llamadas perdidas para que el otro les llame o están atentos a la sanción que la UEFA le pone a Mourinho, les da lo mismo el día. Solo quieren poder ofrecer su opinión para que llegue un nuevo Gobierno y puede empezar a cambiar la situación.

Esa gente no se plantea si Zapatero ha hecho bien o ha hecho mal. Dentro de unos meses valorará en las urnas cómo se ha portado estos últimos tres años, y ya está. En ocasiones es la prensa la única que, debido a intereses comerciales y tendenciosos, juega a interpretar y valorar lo que supone o no.

¿Elecciones el 20-N?

El Gobierno se marchará en noviembre si es cierto lo que avanzan algunos medios, pero lo hará matando, el 20-N, total, un fecha sin simbolismo para este país.

Hoy tenía previsto escribir sobre Cayo Lara, tal y como expuse en la última entrenada, pero el entrañable líder de Izquierda Unida tendrá que esperar. Y es que la sorpresa nos ha sobrevenido en forma de "notición". Pese a que ya lo avanzó la semana pasada Público, y nadie le hizo caso, por qué será, hoy, El País y El Mundo recogen unas informaciones sobre el posible adelanto de las elecciones generales.

Sería en noviembre, y agárrense al asiento, el PSOE buscaría como estrategia la creación de empleo.

Bueno, sin palabras. Si pretende recortar puntos con respecto al PP gracias a la creación de empleos en chiringuitos de playa es que han perdido el norte por completo. En serio, qué se puede esperar ahora mismo del Gobierno.

No sé qué decir, cómo actuar. Siempre he confiado, ciegamente bien es cierto, en este Ejecutivo. Me he dejado llevar por sus promesas, su compriso con el cambio, pero ya no sé dónde agarrarme para mantener todo eso. En definitiva, un país de locos con un gobierno de locos.

El PP no quiere elecciones anticipadas

Que nadie se lleve a engaños ni equóvicos, el Partido Pupular y su famoso "cuanto peor mejor" no quiere que haya elecciones generales anticipadas ni de broma. Sería lo último a lo que quieran enfrentarse en la situación actual.

No, no me he vuelto loco y explico por qué. Pese al posible efecto Rubalcaba, primarias del PSOE, o lo que se quiera, el PP ganará las elecciones generales cuando se presenten. Dará lo mismo que sean este verano, a finales de año, o en su fecha de 2012. Únicamente puede variar el hecho de que consigan una mayoría absoluta o no, pero gobernar, gobernarán.

Entonces, ¿por qué no quieren elecciones generelares anticipadas pese a que lo pidan? Fácil explicación. Ante su militancia y los electores deben dar una imagen de dureza y mentalidad de gobierno. Deben hacer creer a todos que quieren gobernar desde ya mismo, pero eso es sólo boquilla. Saben perfectamente que el Gobierno no va a anticipar las elecciones, y por eso las piden.

Y llegamos al "por qué" no quieren gobernar. Más pronto que tarde habrá que acometer nuevas reformas estructurales en el panorama económico. Seguramenre eso traiga consigo subida de impuestos, bajada de salarios -de nuevo en los trabajadores públicos-, recortes en la inversión pública, y por ende la obra pública, etc, etc... Vamos, como las ya realizadas, pero si cabe, más duras. Y se tienen que realizar. No por capricho ni mandatos ajenos. Se tiene que realizar para que España "sujete" su déficit y se puedan sanear las cuentas públicas.

Es decir, aunque parezca imposible el Gobierno será todavía más odiado. Sin motivo, puesto que las reformas hay que hacerlas, pero la ciudadanía a veces se queda corta de miras. Por ello, el PP no quiere entrar ahora gobernar y que sus primeras decisiones sean bajada de sueldos, congelación de persiones... Lo mejor es dejar que lo haga la actual Ejecutiva de Rodríguez Zapatero, y ya si eso, al año que viene si se ha hecho todo lo que se tenga que hacer, ya no sentamos en el sillón.

El PSOE se hunde

Ya está, pasó todo, y lo que tenía que suceder, sucedió.

A estas horas no entiendo muy bien lo que ha pasado, aunque me hago una ligera idea. La gente ha castigado al PSOE en las urnas, y lo ha hecho con ganas. Lo malo, y no se trata de buscar excusas, es que habrá que recordar a muchas personas que estas elecciones eran municipales y autonómicas, no un plebiscito contra Zapatero.

Pero a fin de cuentas, el pueblo es soberano y la decisión de tantos millones de personas no puede ser equivocada.

Llegó el real momento

No, no voy a empezar a cantar el 'Waka Waka' y si llegó el momento, llegó la hora... La cuestión es que tarde o temprano tenía que hablar de 'Democracia Real Ya!' y este ha sido el día elegido.

Lo cierto es que no tengo mucho más que decir que no haya expresado ya en Twitter, o el propio medio para el que trabajo. Quien me conoce lleva una semana oyendo lo que creo de todo este movimiento, pero no está demás dejarlo por esrito. Así, si en un futuro inmediato triunfa, todo aquel que quiera me puede llamar oportunista de haberme subido al carro, si lo hago.

Para ir al grano y dejarme de circunloquios vacíos, diré que entiendo el movimiento creado, respeto todo lo que se está haciendo, y opinó que muchas de las cosas tienen sentido y habría que preocuparse por cambiarlas. Aunque hay muchos "peros". Para relatarlos, aconsejo entrar en este enlace, que es de mi compañero en 'Tinta Digital', Borja Ventura, y que lo explica de fábula. Ademas, él es mucho mejor periodista que yo, así que todo solucionado.

Sobre mis propios "peros". Lo que ya he venido contando a cada oreja que se me ha acercado:
- Pedir todo y nada es lo mismo
- La fecha elegida es totalmente equivocada. Porque se pide una alternativa, pero y qué hacer en localidades donde difícilmente hay siquiera un partido para gobernar. Alguien debe regir sus designios sociales
- Mostrarse de manera hipócrita. Quiero acabar con el sistema para crear otro. Hay que pensar que no todo el mundo está en Sol, y que por lo tanto a lo mejor no quieren su nuevo sistema
- El continuo ataque a los medios de comunicación, cuando son estos el verdadero altavoz multiplicador. Y el ejemplo, por si hay alguien que quiere replantearlo, lo pongo en mi padre. Él sólo se ha enterado cuando lo ha visto en la TV. Y como él, muchos. No todos tienen un iPhone con el que twittear como los de Sol.

En fin, podría seguir. La cuestión es que yo SÍ estoy de acuerdo en que debe haber un cambio. Que el sistema político está, en parte, un tanto caduco, que el sistema económico beneficia a unos pocos, que la sociedad, en muchos casos, es injusta. Pero hay un problema mayúsculo en todo eso. Y es que todos somos cómplices.

Cómplices de haber sido crédulos y pensar que todos debemos tener un chalet, a Megan Fox como mujer y un Audi A3 en la puerta. Cómplices de ir a los bancos para hipotecarnos sin tener dinero para devolverlo. Cómplices por ser pasivos. Cómplices por no estar más al tanto de lo que sucedía a nuestro alrededor.

Dicen que hay que cambiar el sistema, pero nosotros somos el sistema; luego somos nosotros, los de Sol, y los políticos los que debemos cambiar.

Por cierto, yo he estado en Sol. La foto es mía.

La indefinición avanza

Que vivimos tiempos de indefinición colectiva es algo tangible. Crisis económicas, políticas, sociales... y así un sinfín de motivos para pensar que la sociedad está más viva que nunca pero con el rumbo desvíado hasta límites que antes no se habían visto.

Ante este escenario termina pasando lo que debe pasar: que se cierren las fronteras entre países para que los inmigrantes de unos no se sumen a los que tienen los otros, y que de repente en un país cualquiera de Europa la tercera fuerza polítca sea la extrema derecha.

No juzgaré la segunda idea. Es decir, si en Finlandia la población ha tomado como alternativa la extrema derecha, no seré yo, humilde periodista sin nombre, quien diga si es bueno o malo que un país radicalice sus ideales. En cuanto a lo que ha sucedido en la frontera entre Italia y Francia... bueno, creo que ahí el problema radica más allá que en la simple disputa de italianos y franceses, cuyo tema, por cierto, se les está escapando de las manos.
No se puede culpar a ninguno de los gobiernos de las revueltas en el Norte de África, de hecho, quien si debe asumir responsabilidades en su conjunto es la Unión Europea, pero bueno, ¿qué es eso?, si no sabemos ni definirlo, malamente tomará decisiones.

Así pues, ante dicho escenario, la imagen que se proyecta en la frontera, pese a que insisto que es un problema que afecta a Europa en su globalidad, tratar de impedir que personas circulen por el mundo es siempre lamentable. Sí, hay que tener una inmigración regularizada, bla, bla, bla... pero en ese pensamiento utópico de un mundo libre con personas libres, que cuando llegas a un país bajen la barrera de paso es algo que nos debe seguir avengonzando.

Una verdadera lástima que un lunes por la mañana al levantarse las dos primeras noticas que se oigan sean la radicalización de las ideas en un país y su expresión en las urnas, y que entre dos países no pueden circular libremente las personas por la mera circunstancia de que su color de piel sea distinto.
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