No soy analista político, y lo bueno es que tampoco pretendo serlo. Aunque lo cierto es que a veces he opinado sobre este tema muy por encima de mis posibilidades. De hecho, solo hay que mirar las etiquetas temáticas del Blog para darse cuenta de que se me van solos los dedos por el teclado cuando se trata de política.
Dicho esto, no hace falta ser analista, ni tampoco disimularlo, para darse cuenta de que PSOE y PP andan en una encrucijada de amor-odio que aburre hasta la extenuación. Son lo mismo aunque digan que no, pero en realidad sí es cierto que no son lo mismo… vamos, un lío que provoca cansancio y hartazgo entre los parroquianos que vemos cómo se gastan varios millones de euros en una campaña electoral sin ideas y sin nada. Es decir, lo que ahora mismo pueden aportar.
En cuanto a mi voto, siento comunicar a los cientos de seguidores de este Blog que todavía no está decidido. Y es verdad. Nunca me había pasado antes desde que tengo edad para llevar a la urna el “sobrecito”, pero en esta ocasión, nada me convence, nada me atrae, y lógicamente todavía tendré que madurar algunas ideas. Aunque lo que sigo teniendo claro es que será el azar el que decida por mí ante la imposibilidad de encontrar un partido que de verdad me represente.
También tengo muy claro que hay que ir a votar, que se debe votar, y que no hacerlo es seguir parapetando el actual sistema. Solo espero que nos hayamos dado cuenta de que la política SÍ nos influye. Que cada decisión que un cargo electo toma, es una decisión que nos puede perjudicar o beneficiar, generalmente lo primero, y que debemos tomar el control si no queremos seguir siendo unos “pelapapas” sin futuro.
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