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TecNavidad y el valor social del periodismo


(12 / dic / 2013) - Los que se dedican al sector de las tecnologías en cualquiera de sus aristas, bien sean periodistas, gente de agencia, o comunicadores todos, ya sabrán que este “12 del 12” será recordado porque salió adelante TecNavidad, un proyecto solidario que nació como nacen las grandes cosas en esta vida, de la improvisación.

Lucha por la desinformación

Ni todo son niños, ni la mayoría antisistemas.

Resulta curioso como los medios de comunicación, sobre todo los impresos, que siguen en su anacrónica guerra de guerrillas, están llevando hasta el extremo una lucha por hacer lo contrario de lo que deberían hacer: informar. Pues no. El atrincheramiento se ha vuelto tan duro y exagerado que el objetivo diario, por las mañanas en papel, y durante todo el día en web, se ha convertido en desfinformar y desacreditar lo que ofrecen los demás.

El caso más claro lo tenemos en los acontecimientos que se dan estos días en Valencia por las protestas de carácter educativo que ha llevado a cientos de jóvenes a la calle. En vez de informar, contar, tener opiniones diversas, fotografías, videos... Los medios se están encargandos de intentar poner su verdad sobre lo que está pasando. Para ello, cogen imágenes, videos, comentarios, y las pasan por el embudo. Si no entran bien, las fuerzan, no pasa nada.

Más o menos, y teniendo en cuenta que no hay manera fiable de informarse, creo que en Valencia se está dando la confluencia de personas jóvenes, chavales y estudiantes, que protestan por cuestiones que ven lógicas. Eso creo que es mayoritario. Pero también soy consciente de que en Valencia, ahora mismo, una vez más, hay profesionales de la guerrilla urbana. Sinvergüenzas sin vicio ni beneficio que su única función en la vida es hacer el payaso. No creo que sean mayoritarios, pero si muy escandalosos y que dan carne a esa caverna mediática que no necesita excusas para decir que "la izquierda revolucionaria toma la calle".

Simplemente me parece una barbaridad que no pueda informarme de manera justa en ningún medio de comunicación porque sepa de manera fehaciente que su propósito no es el de ofrecer información, sino una versión de la realidad que se adapte a su target y guste a quienes depositan su confianza en ellos.

Esto no es por lo toros

Lo malo de escribir en un Blog que lee poca gente es que encima no cuento nada nuevo. Pero bueno, hoy es el tema y toca hablar sobre el asunto.

Los toros ya son historia en Catalunya. No lo digo yo, lo dicen las lucecitas verdes del Parlament Catalán que entre algunas rojas y otras naranjas han conseguido que apartir de 2012 no haya corridas de todos en esa comunidad autónoma.

A favor, en contra... pues la verdad, perdonen mi falta de sensibilidad, pero ni me viene ni me va. Es decir, como preferencia, evidentemente el espectáculo taurino no me gusta. Es más, no lo entiendo. Pero una cosa si que tengo meridianamente clara: todo este lio y enrevesamiento se ha montado por una disputa política. Sí, ya lo sé, como todo en este santo país, por eso no entro en la polémica.

Me aburren los políticos con su discurso para tontos. Me aburren los tontos por meterse en polémicas, alzar la voz al tuntún y becerrear a pies juntillas con los medios de comunicación. Y me aburren los medios por manipular las situaciones de forma descarada en vez de contar y analizar la realidad... que sería su trabajo.

En definitiva, un tema que me deja algo indiferente. Como informador económico debería, al menos, interesarme la polémica sobre lo que se gana o deja de ganar con respecto a la eliminación de la 'fiesta nacional', pero es que ni eso lo veo con sentido. Se trata de un baile de cifras muy difícil de controlar en el que todos dicen salir perdiendo, pero no se dan cuenta que de verdad lo que pierden es el tiempo.

Una pantalla en Colón

Lo que voy a decir a continuación es una gran estupidez. Lo que no conozco es el origen de la estupidez y si es más estupido el que la dice o por el contrario, la memez radica en lo dicho.

La cuestión es la siguiente: después de ver la sesión mañanera del 'Debate sobre el estado de la Nación', que conste que es por trabajo y no por hobie, he pensado en la cantidad, o en este caso poca cantidad de gente que lo estaría viendo, y se me ha ocurrido una idea... Poner una pantalla gigante en la Plaza de Colón para que la gente pueda seguirlo.

¿Idea estúpida, macabra, ruinosa? O por el contrario es algo que roza el ingenio y la lógica. No sé, como de momento no hay visos de que se haga algo parecido, nunca sabremos si esta idea tendría muchos adeptos.

Lo que sucede es que después de ver durante el domingo y el lunes las calles de Madrid, y como la gente ha seguido minuto a minuto lo que hacía la Selección española, he caído en la cuenta de que si millones de personas se tiran a la calle por algo que no les afecta en lo más mínimo, no espero menos respuesta de algo que sí les afecta directamente.

Bueno, por más que lo creáis, no soy tonto, y soy consciente de la relevancia de una cosa y la otra, pero siendo realistas, del triunfo de la Selección ¿qué sacamos cada ciudadano en concreto? Nada. Vale, estará el que diga que la ilusión y la alegría son factores intangibles que no se pueden medir, y que por lo tanto son personales y cada cual los vive a su manera. Muy bien, pero acaso no nos afecta directamente la reforma laboral, el cambio en la edad de jubilación... pero está claro que eso no parece importar. El 'Debate sobre el estado de la Nación' no tendrá millones de espectadores, pero no será por falta de importancia.

Entonces, ante todo esto, ¿qué le pasa a la ciudadanía? Pues muy simple, hay tal artazgo a nivel político y social que somos capaces de estar dos días seguidos en la calle a 40º grados para manifestar nuestra opinión (alegría), pero por el contrario somo muy hábiles para ignorar de una manera directa algo que nos afecta personalmente.
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