Ni todo son niños, ni la mayoría antisistemas.
Resulta curioso como los medios de comunicación, sobre todo los impresos, que siguen en su anacrónica guerra de guerrillas, están llevando hasta el extremo una lucha por hacer lo contrario de lo que deberían hacer: informar. Pues no. El atrincheramiento se ha vuelto tan duro y exagerado que el objetivo diario, por las mañanas en papel, y durante todo el día en web, se ha convertido en desfinformar y desacreditar lo que ofrecen los demás.
El caso más claro lo tenemos en los acontecimientos que se dan estos días en Valencia por las protestas de carácter educativo que ha llevado a cientos de jóvenes a la calle. En vez de informar, contar, tener opiniones diversas, fotografías, videos... Los medios se están encargandos de intentar poner su verdad sobre lo que está pasando. Para ello, cogen imágenes, videos, comentarios, y las pasan por el embudo. Si no entran bien, las fuerzan, no pasa nada.
Más o menos, y teniendo en cuenta que no hay manera fiable de informarse, creo que en Valencia se está dando la confluencia de personas jóvenes, chavales y estudiantes, que protestan por cuestiones que ven lógicas. Eso creo que es mayoritario. Pero también soy consciente de que en Valencia, ahora mismo, una vez más, hay profesionales de la guerrilla urbana. Sinvergüenzas sin vicio ni beneficio que su única función en la vida es hacer el payaso. No creo que sean mayoritarios, pero si muy escandalosos y que dan carne a esa caverna mediática que no necesita excusas para decir que "la izquierda revolucionaria toma la calle".
Simplemente me parece una barbaridad que no pueda informarme de manera justa en ningún medio de comunicación porque sepa de manera fehaciente que su propósito no es el de ofrecer información, sino una versión de la realidad que se adapte a su target y guste a quienes depositan su confianza en ellos.
Resulta curioso como los medios de comunicación, sobre todo los impresos, que siguen en su anacrónica guerra de guerrillas, están llevando hasta el extremo una lucha por hacer lo contrario de lo que deberían hacer: informar. Pues no. El atrincheramiento se ha vuelto tan duro y exagerado que el objetivo diario, por las mañanas en papel, y durante todo el día en web, se ha convertido en desfinformar y desacreditar lo que ofrecen los demás.
El caso más claro lo tenemos en los acontecimientos que se dan estos días en Valencia por las protestas de carácter educativo que ha llevado a cientos de jóvenes a la calle. En vez de informar, contar, tener opiniones diversas, fotografías, videos... Los medios se están encargandos de intentar poner su verdad sobre lo que está pasando. Para ello, cogen imágenes, videos, comentarios, y las pasan por el embudo. Si no entran bien, las fuerzan, no pasa nada.
Más o menos, y teniendo en cuenta que no hay manera fiable de informarse, creo que en Valencia se está dando la confluencia de personas jóvenes, chavales y estudiantes, que protestan por cuestiones que ven lógicas. Eso creo que es mayoritario. Pero también soy consciente de que en Valencia, ahora mismo, una vez más, hay profesionales de la guerrilla urbana. Sinvergüenzas sin vicio ni beneficio que su única función en la vida es hacer el payaso. No creo que sean mayoritarios, pero si muy escandalosos y que dan carne a esa caverna mediática que no necesita excusas para decir que "la izquierda revolucionaria toma la calle".
Simplemente me parece una barbaridad que no pueda informarme de manera justa en ningún medio de comunicación porque sepa de manera fehaciente que su propósito no es el de ofrecer información, sino una versión de la realidad que se adapte a su target y guste a quienes depositan su confianza en ellos.