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El periodismo no necesita salvadores...


(25 / feb / 2015) - ...solo trabajadores. Así es como debe concluir esta frase. Desde finales del año pasado han surgido algunos proyectos periodísticos que en ocasiones intentan pregonar a bombo y platillo que ellos son el “periodismo puro y limpio”, que en sus ideas resurgirá un nuevo entorno informativo, y que todo lo que hay es poco menos que panfletillos.

#gratisnotrabajo, pero llorando no me quedo

Hace aproximadamente dos meses decidí dar un gran paso en mi vida: emprender un proyecto periodístico. Al principio pensé que no sería difícil, porque durante los últimos cuatro años he gestionado una pequeña web de información general junto a los excompañeros de Facultad, y la verdad es que nos ha ido muy bien. 

Reconocimientos en premios nacionales, admiración por parte de nuestra comunidad cercana… Todo nos iba de fábula. El problema era su nulo grado de especialización temática ante un mundo de la comunicación tan complejo. Por eso, y ante las ínfimas propuestas profesionales que tenía encima de la mesa desde que puse punto final a mi última travesía periodística, decidí que era la hora de centrar objetivos. 

Así nació ‘Ahora Empresas’. Fundado como un pequeño medio digital de información empresarial, especializado en las pequeñas empresas y el marketing, esta semana cumple dos meses de vida. 

De momento debo reconocer que va bien. Quizá su volumen de visitas podía ser mayor, sí, pero lo importante es que cumple los objetivos que me había marcado. Me mantiene en contacto con las empresas de comunicación, así como agencias. Me permite seguir trabajando, elaborando contactos, y haciendo periodismo, que es en lo que creo. Es más, soy un convencido de que contando lo que hacen los demás, en este caso empresas, podemos seguir aprendiendo para salir del agarrotamiento al que nos tiene sometido esta crisis. 

Como digo, todo va bien. Pese a que de momento no tiene un modelo de negocio definido, cosa que haré según avance el tiempo y vea la respuesta de lectores y empresas, me estoy encontrando con un problema bastante curioso: la gente no quiere involucrarse en un proyecto arriesgado, prefiere un puesto fijo, sueldo a fin de mes, y asistir a buenas comidas de prensa. 

Ojo, yo también lo prefiero, una cosa no quita la otra. Pero desde hace varios meses me encuentro empresas que quieren que trabaje 40 horas a la semana por 200 euros al mes. Y de entrada, diré: #gratisnotrabajo. Pero creo que una cosa muy distinta es eso, y otra es lo que busco para ‘Ahora Empresas’. 

Llevo unas semanas intentando encontrar gente que se involucre, periodistas que busquen nuevos horizontes, retos diferentes ante la complicada situación del sector de la comunicación. Pero partiendo todos de la misma base. Ahora Empresas’ es un proyecto por hacer, por construir, una oportunidad de crear algo desde cero. Por eso me está resultando extraño que mucha gente me reproche que si ofrezco un trabajo no remunerado, que cómo tengo tanta cara, etc, etc… 

Lo primero, yo no ofrezco un trabajo. Quiero contactar con gente para pedir opiniones sobre el proyecto. Busco a gente que prefiere dejar de llorar por las redes sociales diciendo lo mal que está el periodismo, para hacerlo. 

Lógicamente entiendo que si alguien tiene apuros económicos no se pueda permitir trabajar 6 o 8 horas como yo hago sin ver un duro. ¿Pero y la gente que sí se lo puede permitir pero prefiere llorar a todo el mundo? 

Como digo, trabajo muchos días entre 6 o 8 horas, y de momento no hay recompensa económica. Pero no cejaré en el empeño, porque creo que las cosas bien hechas terminan dando resultado. 

Seguiré buscando gente que se arrime a ‘Ahora Empresas’, que sea atrevida, que no tenga miedo a enfrentarse a una realidad que no quieren asumir. Yo me he cansado de esperar, de mantener una esperanza anclada en un modelo periodístico de hace 20 años. Yo #gratisnotrabajo, pero no me voy a quedar llorando y pataleando a que me den una oportunidad, me la voy a buscar.

Lucha por la desinformación

Ni todo son niños, ni la mayoría antisistemas.

Resulta curioso como los medios de comunicación, sobre todo los impresos, que siguen en su anacrónica guerra de guerrillas, están llevando hasta el extremo una lucha por hacer lo contrario de lo que deberían hacer: informar. Pues no. El atrincheramiento se ha vuelto tan duro y exagerado que el objetivo diario, por las mañanas en papel, y durante todo el día en web, se ha convertido en desfinformar y desacreditar lo que ofrecen los demás.

El caso más claro lo tenemos en los acontecimientos que se dan estos días en Valencia por las protestas de carácter educativo que ha llevado a cientos de jóvenes a la calle. En vez de informar, contar, tener opiniones diversas, fotografías, videos... Los medios se están encargandos de intentar poner su verdad sobre lo que está pasando. Para ello, cogen imágenes, videos, comentarios, y las pasan por el embudo. Si no entran bien, las fuerzan, no pasa nada.

Más o menos, y teniendo en cuenta que no hay manera fiable de informarse, creo que en Valencia se está dando la confluencia de personas jóvenes, chavales y estudiantes, que protestan por cuestiones que ven lógicas. Eso creo que es mayoritario. Pero también soy consciente de que en Valencia, ahora mismo, una vez más, hay profesionales de la guerrilla urbana. Sinvergüenzas sin vicio ni beneficio que su única función en la vida es hacer el payaso. No creo que sean mayoritarios, pero si muy escandalosos y que dan carne a esa caverna mediática que no necesita excusas para decir que "la izquierda revolucionaria toma la calle".

Simplemente me parece una barbaridad que no pueda informarme de manera justa en ningún medio de comunicación porque sepa de manera fehaciente que su propósito no es el de ofrecer información, sino una versión de la realidad que se adapte a su target y guste a quienes depositan su confianza en ellos.
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