Debo confesarlo. Cuando hace unas semanas decidí empezar mi enésima colección de “cosas”, en esta ocasión eran tazas, y teniendo en cuenta que realmente se trataba de coleccionar momentos y vivencias con personas que me las iban a regalar (sí, mi caradura puede llegar a ser obscena), nunca pensé que crecería tan rápido en apenas unos días.
Así pues, en esta entrada tengo el placer de anunciar que se ha añadido a mi familia de tazas una proveniente de ‘eltenedor.es’. Se trata de una taza corporativa, sí, y ya van unas cuentas, pero la persona que me lo ha dado supone tanto para mí, que merece un hueco muy especial.