(29 / ene / 2012) - Tras ver el último programa de 'Salvados', conducido tan bien por los terrenemos de la demagogia, como suele hacer con éxito Jordi Évole, me planteo una serie de cuestiones.
Primero sobre el último programa: #quehagoconmidinero. Lo cierto es que me esperaba más dosis demagógicas, y aunque solo ha presentado un lado de la banca, la entrevista final con el maestro José Luis Sampedro, bien merece un programa así. Por ello, un aprobado alto una vez más para 'Salvados', pese a que en muchas ocasiones soy muy duro y crítico con Évole, y si lo que hace es periodismo o no.
No obstante, el problema, en realidad, no es suyo. Él no dice que haga periodismo, es como siempre, la gente, que sin saber lo que es periodismo, llama a lo que hace Belén Esteban, cuando quieren insultar, o lo que hace Évole cuando quieren ensalzar, sin el término medio de comprender que ni una, ni otra cosa, son periodismo.
Centrando el tema, y primero viendo el plano no personal, debo decir que me sorprende, negativamente, la actitud de la gente cada vez que hay un programa de 'Salvados' que habla de economía. Me irrito tanto que intento no meterte en Twitter, porque ver una tras otra expresiones de sorpresa ante cosas que se llevan haciendo años y años, y que la gente se entere ahora, me parece que describe muy bien cómo está el nivel de conocimiento económico en España.
Por otro lado, esto, sumado a la única visión que aporta el programa, me introduce en la preocupación de que la gente sólo tome una parte. Pienso esto porque si antes no lo conocían, y ahora sólo conocen media parte de la historia, no sé qué es peor: si ser ignorante, o un ignorante manipulado. En cuanto al contenido personal de este post, y tras recibir un sms de @rebearroyo durante el programa de 'Salvados', tildándome de neoliberal, debo decir que no, que no soy neoliberal, ni reaccionario, ni capitalista, ni nada que se le parezca. De hecho, soy firme defensor de la justicia distributiva de John Rawls, creo en la socialdemocracia y todos los valores que se encarnan en el progreso social, económico y cultural.
Pero... aquí llegamos al punto, de un tiempo a este parte, noto que la hipocresía y el vicio por demonizar al sistema, hace que me ponga en la piel del abogado del diablo y diga cosas como que "todos los ciudadanos somos partícipes de la crisis", y cosas así. Es decir, hay niveles de responsabilidad, eso es evidente, pero cada cual, como persona, ciudadano, trabajador, empresario o lo que sea, debe asumir su parte de culpa.
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