Vale, no descrubro nada diciendo que Mariano Rajoy y el Partido Popular en su conjunto quieren que se adelanten las elecciones generales. Pero hoy, después de asistir a un desayuno informativo con Rajoy y el presidente de Galicia, Núñez Feijóo, me he dado cuenta de que está preparado para gobernar.
Lo sé, puede que no sea el mejor de los candidatos, pero es el que hay. Además, la alternativa de Rubalcaba no acaba de convencerme. No porque no piense que el ya ex ministro de Interior no sea válido, todo lo contrario. Pero tal y como han advertido durante el desayuno, Rubalcaba emerge en el seno del Gobierno que no supo ver venir la crisis, y lo que es peor, el Gobierno que no supo cómo gestionarla.
Por todo ello, y ante la realidad que van a definir las urnas, me he convencido de que la mejor opción es Rajoy. Creo que debe sanearse el PSOE, y eso pasa por una derrota electoral. No muy acusada, puesto que tras los grandes golpes a veces cuesta mucho levantarse, pero sí algo pronunciado, algo que les haga repensar que han hecho mal durante los últimos tres años y que no deberían volver hacer.
En lo que a mí respecta, ya estoy preparado para el cambio de Gobierno. Además, creo que cuanto antes asumamos lo que va suceder, será mejor para todos. Por eso, desde esta pequeña tribuna, y gracias a la suerte que me brinda mi trabajo por haber compartido bollos de chocolate y zumo con Mariano Rajoy, le doy mi bendición para gobernar.
Lo sé, puede que no sea el mejor de los candidatos, pero es el que hay. Además, la alternativa de Rubalcaba no acaba de convencerme. No porque no piense que el ya ex ministro de Interior no sea válido, todo lo contrario. Pero tal y como han advertido durante el desayuno, Rubalcaba emerge en el seno del Gobierno que no supo ver venir la crisis, y lo que es peor, el Gobierno que no supo cómo gestionarla.
Por todo ello, y ante la realidad que van a definir las urnas, me he convencido de que la mejor opción es Rajoy. Creo que debe sanearse el PSOE, y eso pasa por una derrota electoral. No muy acusada, puesto que tras los grandes golpes a veces cuesta mucho levantarse, pero sí algo pronunciado, algo que les haga repensar que han hecho mal durante los últimos tres años y que no deberían volver hacer.
En lo que a mí respecta, ya estoy preparado para el cambio de Gobierno. Además, creo que cuanto antes asumamos lo que va suceder, será mejor para todos. Por eso, desde esta pequeña tribuna, y gracias a la suerte que me brinda mi trabajo por haber compartido bollos de chocolate y zumo con Mariano Rajoy, le doy mi bendición para gobernar.
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