La investigación sobre la tragedia del Madrid Arena puesta en marcha por la Policía tiene un objetivo prioritario: localizar a la persona o personas que encendieron en el interior del recinto abarrotado los artefactos pirotécnicos que provocaron la mortal avalancha durante la celebración del 'Thriller Music Park'. Buen objetivo, no cabe duda.
Ahora bien, de verdad que lo de este país no tiene límites. Esa famosa expresión en que alguien señala a la luna y dice: "mira la luna", y el de al lado le mira el dedo, siempre tiene valor y sentido.
Está claro que los majaderos que encendieron los petardos, la bengala, o lo que fuese, son grandes responsables de lo sucedido, pero debemos recordar que nos son los únicos, y, desde mi punto de vista, no los principales. Parece que el tema del aforo, que no se respetase las medidas reglamentarias, la falta de cuerpos de seguridad en la inmediaciones, efectivos sanitarios, controles internos dentro de la fiesta... No tiene importancia.
En estos días tan conspirativos, da la impresión de que siempre estás tramando algo si pides justicia y realidad. Insisto, los responsables que lanzaron esas bengalas deben pagar, y algo me dice, que pagarán. Pero también creo que Ayuntamiento y empresa organizadora deben responsabilizarse el doble. Lo malo es que a estas alturas de la película, y cuando la economía vuelva a retomar su protagonismo, esto habrá sido enterrado, y nadie se acordará de que aquí murieron varias personas por la irresponsabilidad organizativa de dos entes: empresa y Ayuntamiento.
Al final, si nada cambia, saldrán de rositas en todo este asunto. Y lo peor, que dentro de dos meses, con las fiestas de Fin de Año, volverá a suceder la mismo, y, salvo tragedia como esta, no pasará nada. Locales que se exceden en el aforo, falta de control en eventos multitudinarios, etc, etc... Por desgracia, y aunque suene muy mal decirlo, hay muertes que salen muy baratas. Y esta tiene toda la pinta de que será así. Sobre todo porque si es cierto que la policía ya ha priorizado sus esfuerzo en "pillar" a los de las bengalas, pero dejamos a todo lo demás de lado, primero paz, y después gloria.
