
La cuestión es que esta mañana he podido cumplir uno de esos pequeños "sueños" que tiene un absurdo personaje como yo: conocer a Felipe. Ha sido rápido, casi fugaz, como se ve en la foto. Pero me ha gustado, me he quitado una espinita, y ,además, he desayunado bien, que es lo importante.
Sobre el asunto en cuestión: un desayuno más. Además, me he ido con la sensación de no haber podido hacer mi trabajo. Ha habido un tufillo a mordaza periodística que se puede catalogar de vergonzoso. El motivo: la actitud del moderador ante las preguntas escritas de los periodistas. Ni una sola mención a ETA, ¿alguien se lo cree? Ocho mesas de periodistas de toda índole, y ninguno va haber preguntado sobre la Conferencia de San Sebastián, increible, sí.
Por lo tanto, me pregunto desde mi más profunda humildad, ¿para qué se convoca a la prensa si no se dejan hacer preguntas?, ¿qué sentido tiene? Si va a ir, soltar su discurso y volverse a casa, pues que la organización de 'Nueva Economía Forum' mande una nota de prensa, y ya está.
Sinceramente me deja un saber agridulce mi encuentro con Felipe González. Por un lado he conocido a uno de los políticos que más me fascinan, pero a nivel profesional me quedo con la sensación de que no hay un sentido real de derecho a la información. Ni de acceso, ni de difusión. Y eso, aunque luego digan lo contrario, es un mal que no puede continuar.