La indignación también se pasa


(22 / may / 2017) - Otro domingo más y Ferreras en la tele. Con un pactómetro y sus tertulianos, desde hace tiempo vivimos en un bucle electoral continuo. Pierdo la cuenta sobre las veces que he visto a este señor poner y quitar presidentes, candidatos o remolones anclados al poder. ¿Y todo para qué?

El último "conectamos en directo" del presentador de La Sexta ha sido tras la victoria de Pedro Sánchez. Nuevo-viejo secretario general del PSOE, que hará lo mismo que si no estuviera. Y no es una crítica. Si hubiese ganado Susana Díaz la situación sería similar. Se lo hemos puesto muy sencillo, todo nos da igual. Seguramente a Ferreras le siente mal saber esto, pero sus programas en directo, pese a la audiencia que puedan generar, no le importan a nadie.

La semana pasada se celebró el aniversario del 15-M. Sí, ahora se conmemora todo. Y la intrascendencia sobre lo vivido entonces, y lo vivido desde entonces, me causa angustia. Estamos en un punto en el que ya nada importa.

Vivimos un momento de agitación política. Tanto en España como fuera. Quizá es (o era) el momento ideal para cambiar cosas. Pero siento que nuestra indignación se ha apagado.

Hace unas semanas saltó un miniescándalo a cuenta de los becarios que tienen "contratados" los grandes cocineros en sus lujosos restaurantes. ¡Se aprovechan de los jóvenes! ¡No les pagan! ¡Les explotan, qué horror! La agitación social a golpe de tuit indignado duró una semana. Después, la gente premia a esos cocineros con grandes audiencias de televisión, y hasta el más pobre aspira a comer una almeja y hacerse un selfie en algún restaurante con estrella michelín. Y es que ser indignado cansa.

Lo peor de todo, con este circo electoral, es que hemos teatralizado nuestra indignación. O se ha congelado, o anestesiado... o sencillamente no lo sé. Pese a la ilusoria mejora en el mercado laboral, siguen presentes los mismos problemas sociales de hace 4 o 5 años. La sanidad sigue igual; la educación, peor (y más cara) que nunca; el acceso a la vivienda resulta una quimera... muchas personas trabajan más horas por menos dinero. Y les da igual. Todo nos da igual.

Hemos convertido a Ferraras en un personaje televisivo de 'House of Cards'. Tragamos procesos electorales como si no fuesen reales. Asumiendo que, esté quien esté, nadie solucionará nada. Pongamos una sonrisa por si nos toca salir en la tele.

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