Despropósitos para 2015


(29 / dic / 2014) - No lo puedo resistir. Tacho los últimos días en el calendario y me surgen unas ganas irrefrenables de hacer balance del año que dejamos atrás, así como absurdas enmiendas y propósitos para el que comenzamos. Como dije justamente hace 365 días, hacerlo de forma pública es absurdo, pero me sigo envolviendo en el mismo razonamiento: llevo con este Blog en marcha desde el verano de 2010, y antes tuve otros, tanto de carácter personal, como de índole algo más profesional. Siempre abiertos, dialogantes, y dispuestos a mostrar lo que soy.

A estas alturas de la película creo que la comunicación ha cambiado de forma definitiva, o al menos en su eterna evolución, ahora se encuentra en un momento diferente. No sé si mejor o peor que otro, pero es el que es, y así lo asumo. Por lo tanto, me adapto. Y si muchas personas con las que mantengo relación quieren saber de mí, pueden hacerlo a través de este Blog, de lo que escribo, de lo que pienso, o lo que dejo de pensar con lo que no llego a teclear.

Lo primero que debo confesar en esta lista de despropósitos es que mi grado de tolerancia con la clase política de este país ha llegado a su tope. Realmente en estos momentos no sé lo que siento. Tristeza, decepción, rabia, o incluso esperanza por los cambios que puedan llegar. Pero el problema sigue siendo el mismo: esa transformación necesaria no puede venir del odio y la confrontación. Bien es cierto que hemos tenido un número de granujas muy por encima de nuestras posibilidades, aunque algo me dice que buscar en todo eso una forma revanchista de hacer política tampoco es la solución.

Así pues, acabo el año lastrado por la decepción y el pesimismo a nivel social y político. La sensación de que son tantas las cosas que hay que cambiar, que al final no se cambiará ninguna, es algo que me asusta en exceso como para abrazarme al optimismo sin mesura.

Por este motivo, y parafraseando a uno de los grandes triunfadores de 2014, habrá que ir “partido a partido”. Para muchos ha sido una actitud hipócrita basada en la nada, pero por desfortuna en estos momentos no queda otra. Hay que batallar por cada céntimo que entra en el bolsillo, y discernir por cada uno que sale. Los días son batallas, los meses guerras, y pensar en años… pensar en años es una utopía de los ’80 que ha estallado con ciertas burbujas.

GUERREANDO EN LO PROFESIONAL

Mezclando proyectos periodísticos medianamente remunerados, con otras actividades profesionales muy alejadas del mundo de la comunicación, mi 2014 solo ha sido la continuación y el reflejo, en buena medida, de lo que representa este sector ahora mismo para miles de periodistas: una lucha diaria por avanzar hacia un lugar indeterminado.

Dentro de lo malo he podido trabajar en algo (y también “en lo mío”), y eso ya es motivo de satisfacción. Ahora habrá que buscar cierta continuidad, bien en el mundo del periodismo, o en el mundo en general. Está claro que al empezar cada nuevo año surgen las mismas dudas. Aferrarse a un sueño profesional, o pegar en sus posaderas el puntapié definitivo y abrir otros caminos.

Por fortuna empiezo con algunos proyectos entre manos que, además, deben abrir ante mí la búsqueda del periodismo freelance, o lo que es lo mismo, ese trabajo de periodismo mercenario que representa el futuro de la comunicación.


Pero no todo son sabores agridulces. Con mi proyecto ‘AhoraEmpresas.com’ he cogido el ritmo y la consistencia necesaria para seguir contando historias que algunas veces pueden interesar aunque sea a un puñado de personas. Todavía no tiene modelo de negocio que lo sustente, y creo que no será 2015 el año en que suceda. No obstante, se trata de mi palanca de apoyo para estar haciendo periodismo de la forma más honesta que el tiempo y los medios me permiten.

SALTO PERSONAL

Sin duda, 2014 era el año de los cambios a nivel personal. Marcharse del nido era todo un reto, pero ha sido mucho más sencillo de lo que pensaba. La clave de esa sencillez en algo tan “grande” tiene nombre y apellidos. En la vida hay muchas clases de personas, pero cuando tienes la suerte de estar cerca de esas que merecen la pena, la vida sonríe hasta llegar a las carcajadas.

Claro está que no todo son vino y rosas. Las personas, hasta que la ingeniería genética se preste a lo contrario, somos cada uno de nuestra madre y nuestro padre. Por lo tanto, como piezas de Lego hay que encontrar el espacio y tiempo suficiente para que se amolden todas. Una vez que esto se lleva a cabo, con buena voluntad y la ilusión por hacer que la vida merezca la pena, todo es muy sencillo.

Así pues, una vez que 2014 ha traído consigo los grandes cambios, en 2015 llega el tiempo de asentarse y empezar a disfrutar de los ’30, una edad que se dibujaba dorada en la adolescencia pero que por culpa de la crisis ha hecho que todo se deba reformularse. No obstante, cada día será una batalla que pelear con la mejor sonrisa posible, y en una compañía inmejorable.

LO QUE SUMA

No solo de lo profesional y personal me gusta hacer balance, sino de esas cosas que mantienen encendida la llama por seguir aprendiendo y conociendo cosas nuevas. Así, por ejemplo, en el ámbito librario vuelvo a faltar a mis propias expectativas. El año pasado apenas leí un par de libros, y este año como redención me propuse llegar a los seis.

Pues bien, nada de nada. Me he quedado cerca, pero no he logrado el objetivo. Las excusas pueden llegar de muchas maneras, como que por ejemplo leo y releo mucha prensa al cabo del día, o información de muchas webs, y eso al final resta mucho tiempo. No obstante, no me siento orgulloso. Por eso, y sin redoblar objetivos, porque sería absurdo, me marco la misma cifra: seis libros en 2015. Pero esta vez sí lo conseguiré.

Con el cine me ha pasado lo mismo, y de nuevo hay excusas. Me propuse llegar a las 1.100 películas votadas en ‘Filmaffinity’, y me he quedado en 1.031, desde las 938 con las que empecé 2014. Es decir, he visto 93 películas durante este año. Las series y documentales varios han tenido la culpa. Lo cierto es que en plena “moda” seriefila tengo la sensación de que 2015 guarda los mismos hábitos en este tipo de consumo. Por lo tanto, el objetivo sería como mínimo, esta vez sí, llegar a la cifra que pretendía a finales de este año (1.100).

Por otra parte, en cuanto a la diversidad de ese cine, el año pasado lo dejé en 25 países distintos, siendo tan solo 5 de ellos con los que he pasado de 10 películas vistas. El objetivo era: 30 países, y que al menos haya unos 8 países de los que he visto más de 10 películas. Pues bien, el resultado final ha sido: 28 países, y solo 5 siguen pasando de 10 películas votadas. Por lo tanto, habrá que seguir con ello.

En cuanto mi gran pasión, el baloncesto, he jugado más que nunca, he visto más que nunca, y he escrito sobre él más que nunca. Mientras que la edad y las lesiones me respeten, seguiré disfrutando todo lo que pueda de un deporte que guarda tanta pasión que solo quienes lo conocen pueden entender.

¿Y 2015?

Ni espero nada, ni pido nada. Solo pretendo ser feliz, hacer que la gente de mi alrededor lo sea con mi ayuda, y poco más. Claro que uno siempre intenta ser mejor persona y mostrarlo a los demás, pero nos vamos haciendo viejos, y las proyecciones de principio de año duran lo mismo que los hielos en una copa de fin de año.

Por lo tanto, “día a día”, “partido a partido”,”texto a texto”… Todo junto a las personas que uno necesita para ser feliz, y siempre dispuesto a conocer cosas nuevas y aprender de todo aquel que se ponga por delante. No sé si la crisis se ha acabado o sigue entre nosotros, pero habrá que apartarla como sea de una vez. Esto es muy corto como para perder tanto tiempo con mala cara.

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