¿Por qué no estalla la sociedad?


Se trata de la pregunta más repetida desde que empezó la crisis y el paro se convirtió en un fiel amigo. ¿Cómo es posible que habiendo zonas de España con un paro superior al 30% no haya un estallido social en la calle? Una de las justificaciones rápidas y directas apunta hacia la economía sumergida. Es decir, mucha gente hace trabajos y trabajillos sin ser afiliados a la Seguridad Social y tener ningún tipo de registro. Esa no es toda la realidad

No voy a dudar de que efectivamente eso sucede, pero hay otra explicación, que en mi ejemplo personal, así como en el de otras muchas personas que conozco, dan un verdadero sentido al contexto actual, aunque como pasa con muchas otras cosas, a veces no apetece contarlo. De hecho, esta situación, que podríamos venir a llamar “el ahorro temporal”, es la que hace que el país no estalle, al menos ahora, porque dentro de unos pocos años será cuando se viva el más absoluto caos, en caso de que la situación no tienda a una mejora progresiva. Pero vamos a desgranar por qué no se produce un estallido social.
 
Sin recurrir al extremo, sino más o menos en una generalidad que todo el mundo puede identificar, y empezando por mi caso personal, señalar que llevo desde los 21 años trabajando entre becas y contratos laborales normales. Es decir, 9 años empleado sacando unos ingresos más o menos estables. Así pues, cuando en verano de 2012 obtuve mi última nómina “segura”, porque después he tenido trabajillos y colaboraciones que han sido como el Guadiana, vienen y van, me había pasado 7 años trabajando, con el respectivo nivel de ahorro teniendo en cuenta que vivía en casa de mis padres (ahora ya no lo hago) y no tenía una familia que mantener. 

Por lo tanto, y salvo esas excepciones laborales que tampoco reportan grandes beneficios económicos, aunque sí un desarrollo profesional, se puede decir que llevo 2 años en paro (que no parado). ¿Cómo es esto sostenible viviendo fuera de casa? Pues porque el dinero ahorrado tiende a la elasticidad, tanta como nunca antes había imaginado. Así, miles de españoles que han ido perdiendo progresivamente sus empleos desde 2010 (los casos anteriores sí están ya en situación peligrosa), viven de un ahorro que cada día se merma más, pero que se puede seguir apurando. 

¿Por este motivo no hay estallido social? Básicamente sí. Nadie va a estar dispuesto a tirarse a la calle cuando todavía tiene algo de dinero, vive con sus padres (pareja o compartido), y tiene la proyección de encontrar empleo. ¿Es una vida diga? La respuesta también es sí. Es decir, lógicamente, y hablo desde mi experiencia personal, a lo mejor el ocio se ha visto algo recortado, los viajes se han vuelto más discretos (adiós a los lugares que visité años atrás: París, Dublín o el Caribe), y el gasto en general se ha reducido. Es decir, hay ahorro, pero muy pocos ingresos, por lo que se debe ser muy cauteloso. 

De este modo, es relativamente sencillo, y esto se debe tomar con precaución, y con varios condicionantes, entre ellos el principal es no tener familia o una alta hipoteca, poder vivir del dinero ahorrado durante unos 5 años de empleo fijo, además de la ayuda de padres o similar. Pero eso tiende a cero, es decir, 1, 2, 3 o 4 años se puede mantener un nivel de vida aceptable sin empleo, sin entrar a valorar la cuestión anímica, que si cabe es más dura, pero en lo puramente económico, como digo, quienes hubieran perdido el empleo en 2010, o los años posteriores, todavía pueden mantener, de manera adecuada y sin pasar hambre, una vida “cómoda”. 

¿Por qué no estalla la sociedad (hoy)? Retomando la pregunta, antes ya respondida, la clave, al menos desde mi caso personal, así como el de mucha gente que veo a mi alrededor, es que todavía hay un pequeño margen para no estar tan ahogado como para “cometer locuras”. ¿Hasta cuándo se puede mantener eso? Aquí viene el problema. Dudo mucho de que si las cosas no mejoran, o la economía sumergida no crece a un mejor ritmo, se pueda mantener esto. Simplemente porque sin ingresos no se puede vivir, fin del misterio. 

Cuando la gente se pregunta sorprendida “pero cómo hay tantos coches en los puentes o festivos por la carretera”, o “los centros comerciales están llenos”, es porque todavía mucha gente se puede permitir, nos permitimos, gastar 30 o 40 euros un fin de semana en ocio, porque no estamos arruinados. Aunque también es cierto, como señalaba antes, que el ahorro tiende a cero de manera impepinable. Por lo tanto, esa mayoría de desempleados que viven del ahorro progresivamente tendrán un problema que resolver en el corto plazo de tiempo… después, quién sabe cómo habrá que vivir.

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