Que nadie malinterprete el título de este post, pero después de llevar varios días leyendo loas y autoloas al libro que ha editado David Martínez Pradales (@dmartinezpr), quizás ha llegado el momento de quitarse el babero y decir las cosas con sinceridad: yo no me voy a leer el libro.
Empezar así asusta, ¿verdad? Tranquilo todo el mundo, el libro, de momento, no me lo puedo leer porque mi eReader tiene ya algún tiempo y para los textos comprados en Amazon tengo que descargarme alguna herramienta, o algo similar. Así que de momento se queda en barbecho. Dicho sea todo, como posiblemente sea el lector número uno del Blog de David, y también apostaría a que el mayor comentarista, puedo permitirme esta frivolidad.
No se trata de devolver favores ni nada por el estilo, pero una de las primeras cosas que destaco de tan peculiar personaje es que si yo estuviera en el otro lado, el de quien está con su libro “arriba y abajo”, a buen seguro que me echaría una mano con la difusión y todo lo necesario. Por ello, el inicio puntilloso no es más que una broma, porque de David Martínez, y seguro que también de su libro, no tengo nada más que buenas palabras que decir.
Pero aquí hemos venido a hablar de su libro: ‘Comunicación y otras chicas del montón’. Bueno, realmente no me lo he leído, así que mucho no puedo hablar, pero creo que suelo hacer algo mejor, que es pasarme por su blog, discrepar con él por Twitter, y siempre que se puede, poner nuestras dos portentosas narices frente a frente para seguir discutiendo, dialogando, y nunca llegando a un acuerdo.
Lo reconozco, sigo a David para discrepar con él. Pero eso tiene una sencilla explicación, y es que es muy difícil encontrar gente que le apasione tanto el mundo de la comunicación, el periodismo y las nuevas tecnologías que unen ambas cosas, como le gusta a él. Su capacidad para revisar conceptos comunicativos casi a diario surgen de sus incesantes ansias de aprender más y más, compartir, leer, y como colofón, ese interés casi obsesivo por comunicarse. Algo, que si lo pensamos, tiene toda la lógica del mundo en alguien que lleva “comunicando” más de 20 años.
Por este motivo, y quizás más que por cualquier otra cuestión, si leen ‘Comunicación y otras chicas del montón’, no olviden discutir todo con su autor. Comenten, argumenten, debatan, vayan más allá. La explicación es muy simple, David, así como los que nos dedicamos a esto de comunicar, en mayor o menor medida, precisamente queremos adaptar todo “lo nuevo” para que la comunicación sea algo vivo, con dos direcciones, y que nunca descanse.
Seguramente seguiré discrepando con David. Periodismo de marca sí o no, si todo eso mismo lo aplica en su empresa, por dónde va o viene el periodismo digital, la comunicación… y con todo eso espero que le dé para una segunda parte, y para cuando eso ocurra, seguro que tengo ya un eReader en condiciones y puedo leer el otro libro. Hasta entonces, aunque yo no lo haga, pero no se olviden de comprar, y si eso leer, ‘Comunicación y otras chicas del montón’.
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