Esta semana, entre cervezas, como se deben llevar a cabo las buenas conversaciones, charlaba con una compañera de Universidad sobre el pesimismo que me invade, y la sensación de que no me lo quito por más que pienso en las buenas voluntades de la sociedad. Ella me increpó a qué se debía ese malestar generalizado, y yo le respondí que a los políticos.
Entonces, con un desaire de por medio, me dijo que no hay que pensar en los políticos, que ya sabemos que son unos corruptos y unos caraduras, como así se ha demostrado durante la crisis, y que lo mejor era dejarlos a un lado e intentar salir adelante con la cabeza bien alta.
En ese momento preferí cambiar de tema, pero en la vuelta a casa seguí pensando en el asunto y fue cuando me di cuenta de que no, que muy a nuestro pesar los políticos guían nuestros designios con sus pésimas gestiones y que todo lo que hacen nos afecta a diario, por mucho que a veces todas esas parafernalias congresistas, ruedas de prensa pomposas y el famoso “Pacto de Toledo” nos parezcan muy alejados. De hecho, ese alejamiento de la política durante muchos años es lo que nos ha llevado a las sorpresas que nos merendemos en estos momentos cada día. Así pues, voy hacer un breve recorrido por algunos asuntos llevados a cabo de una forma u otra por los políticos, y que nos afectan directamente.
Hablando de crisis económica, lo primero que se viene a la cabeza es el empleo. Pues bien, en esta materia, y aunque no es competencia directa del Gobierno, en muchos casos sí que son creadores directos de puestos de trabajo. Concretamente más de 40.000 empleos crearon en el año 2013. Bien es cierto que este es un grifo que hay que regular, pero para este caso, un claro ejemplo de cómo los políticos interfieren de manera muy directa, y que sus decisiones pueden suponer alegrías o penas.
Otro ejemplo, y que en este caso afecta a nuestros bolsillos, tiene que ver con el asunto de la energía y la subida de la luz. Dicho a los cuatro vientos que es un sector desregularizado, tras la polémica que hubo sobre la supuesta manipulación en la subasta de fin de año en la que iba a suponer el incremento de un 11% en los gastos de luz, finalmente intervino el Gobierno. Sí, así de claro y simple, a través del Ministerio de Industria se intervino paralizando dicha subasta. ¿No es un mercado libre? Pues ya vemos que no.
Pero sí queremos hablar sobre la acción clara y directa de los políticos en la vida de las personas, los impuestos se llevan la palma. Desde 2010 todo han sido toques al bolsillo donde apenas ya no quedan monedas. Aunque para visualizar esta acción, pongamos como ejemplo la subida del IVA del 18% al 21%. Si antes en la contratación de un ADSL casero, pagábamos 35 euros al mes, a final de año, con ese 18%, el coste total era de 495 euros. Con ese mismo precio al mes, pero añadiendo la subida del IVA al 21%, el coste final asciende a 508 euros. Puede parecer que la subida no es mucha, pero si tenemos en cuenta que hace apenas unos años era el 16%, habrían sido 21 euros más que los políticos han buscado en nuestras carteras por el mismo servicio.
¿Seguimos? De nuevo volvemos al tema laboral, que sin duda es lo que más preocupa. ¿Se acuerdan de la huelga de basura en Madrid? Al final algunas partes lo aclamaron como un éxito sindical, pero no fue más que la intervención política de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, la que puso fin al caos de salud pública que vivió la capital durante unas semanas. Si la ex mujer de José María Aznar no hubiera querido, ahora Madrid sería una pocilga, o habría más gente en el paro.
Si después de estos ejemplos no le queda claro a mi compañera de Universidad que los políticos inciden sobre nuestra vida mucho más de lo que nos gustaría, intentaré buscar decenas de ejemplos más. Así, cuando me dicen que “pase de los políticos”, es que simplemente no puedo. Mi trabajo, mi dinero, mis ahorros, todo depende de lo que ellos hacen día a día. No hay manera de escapar a su control y dominio.
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