
Bueno, la verdad es que no hay ganas de poesía. Después de casi 6 horas de tren, las palabras redondas y con sentido literario quedan un poco al margen. Más, cuando se ha vuelto a madrugar, se ha asistido a dos conferencias bastantes sesudas sobre la economía y el sentido de las exportaciones españolas, y para colmo, el tren ha estado un buen rato detenido en la meseta central porque a alguien le ha dado "no sé qué".
En fin, vuelta a la capital de España desde la que dicen es la capital del Mundo. Sin duda, un viaje muy gratificante. Bilbao es una ciudad que añadir a la lista para volver con más tiempo y poder disfrutar de ella. Por todo lo demás, poco más que contar. Se ha ido a trabajar, y eso se ha hecho. Nada de alardes ni búsquedas raras en la noche.
Así pues, nos despedimos hasta el próximo viaje.
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