Las cosas del periodismo

Lo tengo claro, pese a que el periodismo se encuentra laboralmente dentro de las denostadas cuatro 'p' profesionales (políticos, policias, putas y periodistas), cada día estoy más seguro de que adoro mi profesión y a lo que me dedico.

Este arranque eufórico viene a cuento de que esta mañana he podido asistir, gracias a que soy periodista, a la conferencia que ha ofrecido en Madrid el peculiar Leopoldo Abadía. Allí, junto a un puñado de gente que no paraba de reir, he hecho cálculo de los actos y eventos a los que he podido asistir y cubrir siendo periodista. Pensando, incluso, en los que me faltan, como el viaje de la semana que viene a Gerona.

Por eso, a veces me gustaría retorcer del pescuezo a quienes habiendo llegado a conseguir ser periodista se dedican a malmeter, criticar, lloriquear, hacer el moña... y muchas más soplapolleces de una manera sistemática.

Creo que es la profesión más bonita de mundo. Considerarse intérprete de la realidad. Ver algo, interiorizarlo, comprenderlo, estructurarlo y contarlo al mundo.

Y encima, como añadido, poder conocer gente, enfrentarte a situaciones interesantes, hacer entrevistas a personajes de todo tipo o conocer otros lugares. Vamos, creo que la profesión perfecta.

Con todo esto, es cierto, no debo ser cínico. Por desgracia el periodismo se encuentra, profesionalmente, en un estado delicado. La crisis ha afectado al sector dejando los salarios en algo ridículo, y las condiciones, en ocasiones, en deprimentes.

Pero bueno, será porque llevo poco tiempo, o porque soy un optimista indomable, pero tener un momento como aquel que tuve con Toni Segarra, mejor creativo publicitario de este país, en la plaza de la Catedral de Murcia, o como el que he tenido esta mañana en la conferencia de Leopoldo Ababadía, son los que de momento me hacen sentirme en paz con esta profesión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Designed By Blogger Templates