El año del que me habla

(31 / dic / 2020) - Lo sé. Esta entrada en el blog es lo que necesitáis para acabar el año pandémico. Siento haber tardado tanto en escribirla. Porque es evidente que mis propósitos son una de vuestras lecturas favoritas. Además, en el fondo sé que os preocupaba que no lo hubiera hecho ya. Pues nada. Listo.

Llevo unos 6 o 7 años escribiendo en este blog mis despropósitos para el año siguiente. Últimamente es casi lo único que escribo en este mundanal espacio. Las cosas de Masa ya no son lo que era. Y sí, es porque tengo poco tiempo. Algo que me preocupa bastante. Aunque también tengo claro que es un problema que no sé cómo resolver. Así que una jaleo menos por resolver.

En cuanto a 2021... la verdad es que el bichito nos lo ha puesto sencillo. Solo se pueden hacer planes a un par de semanas vista. ¿Pensar en viajes? Nulo. ¿Pensar en proyectos? Descartado. Aunque seamos realistas, qué proyectos voy a tener que no sean ir a currar como un buen español; consumir como un buen español; y pagar impuestos como un buen español. Que visto 2020, hasta parecen buenos planes.

Y no es pesimismo. Tan solo se trata de asumir, y ya van 9 meses, que la situación es distinta, y que queda todavía un rato. Habrá que esperar con ilusión la vacuna. Que la hayan guisado bien, sirva; y todos podamos reincorporarnos a nuestro maravilloso mundo de consumo desmedido y desproporcionado.

¡Qué ganitas de volver a estar apelotonados en algún espacio! Es broma, en realidad lo odio. De hecho, ojalá que algunas cosas obligadas de estos meses se conviertan en realidad. Porque también hay que tener en cuenta que "hemos salido mejores"... ja ja ja.

Con estas cartas, uno no aspira a nada. Bueno, sí. Mantener el trabajo, donde quiero seguir creciendo como periodista. Que mi familia sea capaz de seguir sana; y que la persona más importante en mi vida, lo sea aún más. Cosas sencillas, mundanas, pero obligatorias para ser feliz. O al menos como entiendo la felicidad.

Y claro está: recuperar esas cañas perdidas, el baloncesto... y esa hilera de momentos que el covid nos ha secuestrado durante 2020. Poco a poco, no hay prisa. La vida es larga. Esperemos. Ahora toca ser paciente, amable, comprender, empatizar... y poquito más.

Siento no extenderme mucho este año. Ha sido muy puto. Y a 2021 no me atrevo a pedirle nada. A lo que venga pondremos una sonrisa. Punto.

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