¿Las personas pueden cambiar?


(30 / oct / 2016) - Quizá es porque me aproximo a los 33, o simplemente porque he cambiado sin darme cuenta. Lo cierto es que hoy empiezo a no necesitar lo que ayer me obsesionaba. Llevo unas semanas con ganas de ser amable, preocuparme más por la gente, y menos por mí.

La conclusión ingenua es pensar que he madurado. Pero no creo. Miro a gente de mi alrededor con algunos años más, y su comportamiento es el mismo que hace una década. O peor. También los hay que sí han cambiado. Sobre todo a golpe de menos pelo en la cabeza o bombos en forma de una nueva vida. La virtud obliga.

Mi cambio no sé a qué se debe. Aunque lo intuyo. Incluso, es la primera vez que no me propongo de forma absurda "ser una nueva persona". Si no me fallan los cálculos, debo ir por la versión 7.0 de mí mismo. Aunque no descarto que todo sea algo pasajero, y después de unos días recupere mis miedos, la impaciencia, el temor a los cambios... El Raúl de siempre.

Con todo esto, vuelvo a la pregunta del inicio: "¿Las personas pueden cambiar?", ¿alguien de forma voluntaria puede decidir dejar de ser egoísta o humilde?, ¿volverse más respetuoso?, ¿perder toda forma de ego y envidia?

No lo sé. Creo que a veces la vida puede abofetearte la cara. Ponerte delante la putada necesaria para abrir los ojos. Siendo castizos, ahí no quedan más cojones que cambiar. Perder a alguien cercano, buscar perderlo, encontrar a quien no debías... todo son ecuaciones que te hacen cambiar, ¿pero qué hay de cambiar sin todo eso? ¿Se puede?

Dentro de tanto cambio, hay que ser conscientes de que la sociedad es diferente. Ahora tenemos una autoexposición pública que nos condiciona. Buscamos salir guapos en la foto, delgados, con una sonrisa... alegres pero siempre escondiendo la tristeza, las ojeras y los michelines. No somos nosotros. Es más, los hay que potencian esa tristeza, esas ojeras y los michelines, pero tampoco son ellos, sino la caricatura que no les importa forzar. De hecho, es el personaje que afrontan.

Todo eso se potencia, si cabe, en el ámbito profesional del periodismo donde me muevo. Aquí los cambios duermen con veletas multidireccionales. Suelen ser poco creíbles. Aunque en realidad, se enmascaran en el obsesivo mercadeo de mostrar lo que uno quiere que vean los demás.

No sé si yo he cambiado. No sé si las personas pueden cambiar por voluntad propia, o siempre es la vida la que dispone los cambios. Supongo que, sea lo que sea, habrá que adaptarse al entorno intentando ser uno mismo. Si es que eso significa algo.

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