(5 / oct / 2015) - Miro el reloj. Son las 6'05h de la mañana. No es pronto, simplemente es de noche. La noche de ayer, o la noche de hoy. Ya no sé. Desde hace unos meses tiendo a confundir días con noches, fines de semana con semanas sin fin. Alargo la mano, cojo el móvil y miro SABEMOS. Todo en orden, es lunes, otra semana puede empezar... ¿o todavía no se ha acabado la anterior?
Desde hace siete meses mi vida transcurre entre noticias, entrevistas que parecen siempre la misma, reportajes a mediohacer y caras nuevas. Mi nueva manera de vivir, una manera que me gusta (y ojalá dure).
Dicen que el que nada tiene, con poco se conforma. Es mi realidad, la asumo. Hace apenas un año andaba entre colaboraciones sin firma, panfletos corporativos y un blog personal muy costoso de difundir. Ahora todo es distinto. Estoy en la mejor redacción del mundo, con los mejores compañeros del mundo y adoro mi trabajo. Sí, quizá exagero, pero la manera de vivir, nuestra manera de vivir, la tenemos que configurar cada uno de nosotros. De nada sirve lo que digan los demás, esa es una de las cosas que he aprendido en estos últimos años.
Con mis compañeros, a menudo, tengo debates sobre periodismo, la sociedad, las personas de esa sociedad... Me han dicho que soy muy pesimista con respecto a todo. Es cierto. También me lo dice la persona con la que paso más tiempo, mis amigos, mis conocidos... vamos, que soy pesimista. Un crítico aferrado a creer que siempre puede haber algo mejor, aunque a veces se haga lo que se pueda.
Vuelvo a mirar ese reloj. Son las 6'15h. Adiós a dormir algo más de tiempo.
Centro la vista en el techo, pienso en ese pesimismo. Nunca he sido así. ¿O sí? Ya no lo sé. Creo que tengo un carácter dinámico, extrovertido, simple, amigable... ¿Pesimista? Quizá. Pero eso tiene fácil solución: solo hay que apreciar las cosas por lo que son, disfrutarlas, asumirlas, enamorarse de ellas, de su simpleza en ocasiones, de su complejidad cuando proceda. Todo tiene un lado bonito, una actitud buena, siempre se puede sacar el lado positivo de las cosas.
¿De qué vale la crítica? Sobre todo la negativa, esa que no construye. ¿Para qué valorar algo de forma negativa? Por qué no dejarlo pasar, por qué no centrarse en lo bueno, en lo que uno puede hacer, lo que tiene entre sus manos.
6'30h. Siempre he sabido hacer mucho con poco, encontrarme a mí mismo para ser yo. Basta de malhumorar las cosas. Sacar punta a todo, querer que otros la saquen. Todo es muy simple: disfrutar con lo que uno tiene y pensar en cómo disfrutar más.
Me gusta Julio Iglesias, escucho de manera enfermiza Héroes del Silencio y la bachata más cursi del mundo. Ando enamorado de Malú y Joaquín Sabina. Juego al baloncesto creyendo que sé jugar. Antes era del Real Madrid, ahora lo aborrezco... Me gusta el cine francés, cuanto más florido mejor, pero adoro ver películas indie que no entiendo. Soy periodista casi por accidente, y ahora no puedo vivir sin serlo, quiero esa manera de vivir.
Hay muchas maneras de vivir. Cada uno elige la suya. Solo se trata de ser feliz y que los que hay cerca también lo sean. Mirar las cosas con optimismo tiene más gracia... supongo.
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