No más objetivos, solo camino


Estoy cansado de mí. Pero no solo eso. También me aburre lo que pienso que piensan de mí, incluso lo que piensan que pienso que piensan de mí… así hasta cegarme en pensamientos que no conducen a ningún lugar. Quizás todo empezó cuando tenía 17 años, en el despacho del Orientador del Instituto. Después de haber meditado mucho la idea de qué es lo que buscaba en mi futuro, lo tenía claro: quería ir al Ejército.
 
Cuanto le espeté eso al buen señor, se quedó observándome con una cara de indiferencia que me preocupó bastante. Tardaba en contestar. Se atusaba una perilla carente de pelo como un sabio de la antigüedad. Finalmente, y con la voz a medio camino entre la seguridad y la frivolidad contestó de manera sencilla: “no”. Ahí, justo ahí, fue cuando empezó todo, o al menos así quiero creerlo. Después de mirarme a los ojos, supongo que como estrategia de psicólogo profesional, quiso endulzarme los oídos falsamente en lo que sería la cruz de mi vida. “Tú debes estudiar Derecho, o Sociología, creo que en esos campos podrías desarrollar una interesante carrera profesional y llegar a SER ALGUIEN”. 

Ahora era yo quien acariciaba mi incipiente perilla adolescente repensando esas últimas palabras. Así se inició mi guerra equivocada por “ser alguien”, por creer que podría aspirar a más que el vecino, y una vez que lo hubiera hecho, hacérselo ver a todo el mundo. ¿Ese era el objetivo? Al principio parecía atractivo, y años más tarde llegaron las fanfarrias de que efectivamente eso es lo que se debía hacer. “Conseguir tus metas”, “alcanzar unos objetivos”, otras expresiones que en los últimos 10 años me ha causado más tristeza que alegría. 

Estoy cansado de buscar objetivos tras las esquinas. Hace unos 5 años, aproximadamente, cuando decidí lanzarme de panza en el mundo del periodismo, solo había un objetivo: triunfar. Quizás no ser Iñaki Gabilondo, pero sí a lo mejor derrocar un par de gobiernos, cambiar el rumbo de varias empresas, y sobre todo, “ser alguien”. Con el paso de los años me di cuenta de que todo eso no iba a llegar, por mucho que lo buscara, entre otras cosas porque no existía, o si existía, estaba muy lejos de ser lo que realmente concede la felicidad. 

Unas becas para enfriar mis sueños, el paso por una revista de dudosa reputación de por medio, y la travesía del desempleo para terminar. ¿El problema?, los que siguen maullando que hay que luchar y esforzarse por “ser alguien”. Como un loco que escuchas voces, en los últimos meses me debato entre “ser alguien” y “no ser nadie”. Estoy cansado

Todo eso me ha lanzado a una absurda y fútil carrera en la que me he terminado dando cuenta que no sirve para nada. Por ejemplo, decían que era importante ser activo en las redes sociales, me obsesioné, escribía, compartía… todo por llegar a cifras que, una vez que he llegado, me doy cuenta de que no me hace más feliz. Lo mismo sucedió con mis blogs, mis cosas y toda la mierda que llevo soltando a la Red desde hace años. En los últimos días, con mi blog de empresas (@ahoraempresas), he conseguido que me incluyan en ‘Google Noticias’ para que mis textos sean más leídos. Resultado: he multiplicado ‘x5’ el número de visitas, pero me he dado cuenta de que eso no sirve de nada.


A lo mejor soy yo el que no sabe qué hacer para “ser alguien”, si realmente tengo definidos mis objetivos, o si no apunto bien lo que dice el último gurú de turno para conseguir el mejor trabajo del mundo a través de Linkedin. Lo único que voy teniendo claro es que ya no tengo ganas de seguir escuchando en la cabeza las palabras de mi Orientador. 

Estoy cansado de mí… de lo que piensan de mí… todo eso lo he extrapolado a todas las facetas de mi vida. Hace años, cuando jugaba al baloncesto, lo hacía porque me divertía. Jugaba sin presión, alegre, desenfadado… Pero de un tiempo a esta parte juego para competir, por ser mejor que el rival, me obsesiono con hacerlo mejor cada día, olvidando el motivo por el que empecé a jugar. “La he cagado pero bien”, pienso a veces cuando termino de jugar y siento que no he disfrutado nada. 

He hecho de mi vida una obsesión por triunfar, por conseguir mis objetivos y publicarlos en alguna red social para que alguien con quien no tengo apenas trato lo vea… sí, así de ridículo me he vuelto. Estoy cansado de “ser alguien”, por eso quiero plantarme. Seré o no periodista, no me preocupa, jugaré bien o mal al baloncesto, me preocupa menos, y las visitas de mi blog, lo que piensen de mí… Digo que “estoy cansado”, pero es incluso más que eso. Siento vergüenza de mí mismo, de intentar atrapar un sueño como si fueran moscas. 

De momento he dado el paso de reconocer mi estúpida actitud. De ahora en adelante no quiero más objetivos, solo camino, disfrutar el momento, dejar de pensar en “ser alguien” mañana para ser yo mismo hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Designed By Blogger Templates