Si la responsabilidad de otorgar el Oscar a mejor Película del año estuviera en mis manos, creo que tengo muy claro cuál ganaría: ‘Dallas Buyers Club’. Ojo, eso no es excusa para que siga creyendo que este año el nivel deja bastante que desear con respecto al de otras ediciones. Pero sin atender a mis estúpidos gustos personales, este largometraje en el que asisten como anfitriones Matthew McConaughey y Jared Leto sería el justo vencedor.
Posiblemente desde ‘Phipadelphia’ no recuerdo una película que teniendo el SIDA como tema central haya acaparado tantos focos, o al menos yo no lo recuerdo. Aunque lo cierto es que ‘Dallas Buyers Club’, basada en la historia real de Ron Woodroof puede permitirse dar una vuelta de tuerca ya que el protagonista no es homosexual, por lo que abre una nueva óptica que enriquece la película y la llena de matices. Además, esa idea de “Robin Hood” que roba a los ricos para dárselo a los pobres, conecta mucho con estos momentos que vivimos, sobre todo en España, y que puede identificar a los que menos tienen.
Sobre el argumento, cuando hago este tipo de textos, no me gusta contar mucho, porque creo que cada uno debe llevas sus ojos vírgenes a los créditos iniciales, y encontrarse con toda una serie de experiencias que si viven por primera vez sientan mucho mejor. Pero sí hay aspectos que se pueden destacar, por ejemplo el hecho de que, por fortuna, no se caiga en una absurda y banal sensiblería, que teniendo en cuenta el tema que aborda hubiera sido bastante sencillo. Pero no lo hace, al contrario, expone los hechos, los intenta retratar de la mejor manera posible, y luego cada espectador decide si quiere llorar o no.
Eso mismo lo hace con el otro gran tema central de la película: la lucha del protagonista contra la gran industria farmacéutica. Sin estridencias, solo diciendo que está en guerra contra ellos. No hay malos ni buenos, aquí cada uno será juzgado en las puertas del cielo frente a San Pedro. Todo lo demás sobra, y ‘Dallas Buyers Club’ lo asume con mucha naturalidad.
En cuanto a lo que nos ocupa, los Oscars, si me dicen que esta película se lleva todas las estatuillas por las que está nominada, me lo creo. No obstante, y como parece que algunas pueden tener ya nombre y apellidos, si hay dos que pueden saborear con cierto regusto, concretamente las de Matthew McConaughey y Jared Leto. Ambos me gustaron mucho, y si ganan, merecido estará.
Sin duda, y porque no te obliga a ponerte o sentirte triste, ‘Dallas Buyers Club’ me parece una película muy recomendable. Ahora bien, no sé si para ganar el Oscar, pero quitando la paja del grano, al final es lo que más me ha gustado. Seguramente venga algún ilustrado para decirme que después de ‘Gravity’ ya no hay más vida posible, pero señores, esto es cine, un arte social, y el que no lo quiera entender, que se sumerja en la cueva con los cineastas europeos y lo pase muy bien.
(Sinopsis) Basada en la vida real de Ron Woodroof, un tejano cowboy de rodeo, drogadicto y mujeriego, al que en 1986 le diagnosticaron SIDA y le pronosticaron un mes de vida. Woodroof comenzó a tomar AZT, el único medicamento disponible para luchar contra la terrible enfermedad en aquella época.
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