Un París de película

Cuando hace justo un mes que llegué de mi pequeña visita por París, he tenido a bien ponerme con una recomedación cinematográfica que me habían hecho varias personas. Se trata de 'Midnight in Paris'. Sí, el señor Woody Allen de nuevo.

Lo cierto es que ya empecé a visionarla la semana pasada. El resultado no fue el mejor, a los 20 minutos me quedé dormido. Intenté combatir al máximo con Morfeo, pero éste me asestó un golpe mortal.

Por eso, hoy, descansado, relajado y con todos los "ados" encima, me he puesto a verla. Debo reconocer que me ha gustado. Es más, me ha parecido chistosa. Y punto. Tampoco vayamos a creer que es la mejor película de Allen, o siquiera de sus mejores. Lo que si tiene, no me puedo engañar, es ese toque de "soñador iluso" que tanto me encanta. Para no desvelar a ninguno de los cientos de personas que pasan por aquí ningún detalle de la película, lo único que observo es que es un poco falsa.

Es decir, París NUNCA tiene una sola calle sin gente. Sin alguien que te venda algo, te quiera regalar cualquier cosa, o pretenda hacerse con tus bienes personales (vamos, robar). Por eso, el París dibujado en la película es onírico, de sueños.

Calles bohemias, tranquilas, en las que dar un paseo es una experiencia vital... El París que solo existe en los sueños, o en las melodías de canciones que serán siempre eternas.

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