Voz sin fundamento

(26 / ago / 2011) - Nadie puede dudar de que las tecnologías 2.0 y todas las formas de expresión que ha generado son tremendamente útiles para poder otorgar la palabra a miles de ciudadanos y personas que antes no tenían esa capacidad. Pero una vez que lo hemos adquirido, deberíamos hacer buen uso de ello, en vez del payaso. 

Pongo en situación lo que quiero explicar. El pasado martes, en comparecencia extraordinaria del todavía presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el Congreso de los Diptados, se anunció que se haría una reforma constitucional para que se revise el límite de gasto y endeudamiento por parte de las administraciones públicas. A esta propuesta se sumó el principal partido de la oposición. 

Bien, hasta aquí la mecha que volvió a encender al personal, sobre todo twittero, y que ha puesto en liza decenas de miles de expertos constitucionalistas que había en este país. Sinceramente, no estaba al tanto de que hubiera tanto entendido sobre nuestra Carta Magna. En el momento que dije esto en Twitter, varias personas me tacharon de sabiondo, o me criticaron al decirme que si yo era "el más listo del pueblo". Pues no, no lo soy. 

Sé de la Constitución algo más porque me la tuve que aprender de memoria en su día para ciertos asuntillos, pero ni recuerdo muchas cosas, ni sé interpretarla. Pues bien, la gente, al margen de la reivindicación lógica de querer, o proponer, que se haga un referendum para llevar a cabo algunas modificaciones, se ha empeñado en creer que hay que hacerlo a la fuerza, o que no se puede tal, o no cual. No estoy diciendo que no se opine, pero si se dicen sandeces, o se sigue la corriente de los que dicen sandeces, creamos un estado de opinión de necios.  

Ya lo expresé con la visita del Papa: es mejor estar callado si algo no se conoce que ponerse a vocear estupideces. Al menos yo lo hago. Veo, escucho, leo, reformulo... y luego, cuando creo haber entendido algo... sigo leyendo, viendo, informándome... y, ahora sí, digo algo. 

En definitiva, no digo que esté bien o no retocar la Constitución, lo que quiero expresar es que las tonterías dichas tantas veces no hacen gracia. Si nos han dado la palabra, hagamos buen uso de ella.

3 comentarios:

  1. Bueno Raúl, deberías de considerar que se ha intentado reformar la constitución para miles de asuntos desde que la democracia se viste como tal y (desde todas las opciones políticas)se ha considerado incuestionable.
    Si para opciones políticas, independentistas o de mujeres en línea sucesoria no se puede tocar absolutamente nada sin someterlo a votación y para vendernos al neoliberalismo basta con el voto de unos ilustrados a los que no les queda ni dos días, me parece evidente que la gente deba de quejarse...

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  2. Hugo, creo que lo he intentado decir bien claro... Quejarse sí, decir gilipolleces no...

    Solo me refiero a eso...

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  3. No sé que clase de gilipolleces se estarán diciendo, pero yo no he escuchado tantas...

    Salud!!

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