No me canso de recurrir en este pequeño lugar al mítico y tópico refranero español, y es que pese a lo popular y absurdo de la mayoría de sus expresiones, hay otras que vienen a tomar el pulso perfecto a lo que pasa en la sociedad.
El perfecto reflejo que tenemos hoy es el ingreso en la UCI del actual cerebro ejecutor del Gobierno, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
En muchas ocasiones he manifestado mi apoyo, si es que esta es la palabra correcta, al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero. Pero bien es cierto que de un tiempo a esta parte los errores en la forma, que no el fondo, son demasiado frecuentes. Si a esto sumamos que la recuperación que se espera para mitad de año es una incógnita, que en las elecciones del 22-M el mapa de la península se va teñir de azul, y que la cuestión sucesoria nadie la está sabiendo resolver, hace que la actual situación del PSOE esté en la UCI, y nunca mejor dicho.
Pero como las desgracias no vienen solas, ahora cae en el campo de batalla la "esperanza blanca" del Gobierno para perder con decencia en las próximas elecciones generales.
Seguramente que lo de Rubalcaba no sea más que un contratiempo de salud sin importancia y que muy pronto le veremos de nuevo con sus grandísimas comparecencias tras el consejo de ministros. Pero la situación es la que hay, ¿mañana quién dará la cara?
Desde que Rubalcaba asumió la vicepresidencia ha monopolizado todo, absolutamente todo. Salvo intervenciones muy contadas de José Blanco, tanto Zapatero como Elena Salgado se han borrado del mapa, y tan sólo el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y porque la energía está de moda, ha sido el único en dar la cara.
Si durante esta semana sucede algo "gordo", ¿quién tomará la palabra?
De todas maneras no vamos a ser cenizos y esperemos dos cosas: que Rubalcaba esté disponible lo antes posible, y que no sucede nada "raro".
El perfecto reflejo que tenemos hoy es el ingreso en la UCI del actual cerebro ejecutor del Gobierno, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
En muchas ocasiones he manifestado mi apoyo, si es que esta es la palabra correcta, al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero. Pero bien es cierto que de un tiempo a esta parte los errores en la forma, que no el fondo, son demasiado frecuentes. Si a esto sumamos que la recuperación que se espera para mitad de año es una incógnita, que en las elecciones del 22-M el mapa de la península se va teñir de azul, y que la cuestión sucesoria nadie la está sabiendo resolver, hace que la actual situación del PSOE esté en la UCI, y nunca mejor dicho.
Pero como las desgracias no vienen solas, ahora cae en el campo de batalla la "esperanza blanca" del Gobierno para perder con decencia en las próximas elecciones generales.
Seguramente que lo de Rubalcaba no sea más que un contratiempo de salud sin importancia y que muy pronto le veremos de nuevo con sus grandísimas comparecencias tras el consejo de ministros. Pero la situación es la que hay, ¿mañana quién dará la cara?
Desde que Rubalcaba asumió la vicepresidencia ha monopolizado todo, absolutamente todo. Salvo intervenciones muy contadas de José Blanco, tanto Zapatero como Elena Salgado se han borrado del mapa, y tan sólo el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y porque la energía está de moda, ha sido el único en dar la cara.
Si durante esta semana sucede algo "gordo", ¿quién tomará la palabra?
De todas maneras no vamos a ser cenizos y esperemos dos cosas: que Rubalcaba esté disponible lo antes posible, y que no sucede nada "raro".
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