Como una bola de nieve que se desliza por la ladera de una montaña, así es como 2011 se ha presentado ante nosotros.
Por más propósitos que queramos hacer, enmiendas o visos de mejora, somos esclavos de nuestro pasado, de los actos que hemos cometido. Por poner un ejemplo próximo nos vale el típico propósito de perder un poco de peso y ponernos en forma. Correcto, es válido y hasta bueno para la salud, el problema es saber hasta qué punto nos hemos dejado llevar, puesto que no será lo mismo tener que perder unos kilillos, que por ejemplo, tener que perder 15 kilos.
Extrapolando esto a nuestra vida y sociedad, 2011 trae consigo los errores y vicios que hemos ido acumulando durante estos últimos años. Mala gestión económica, endeudamiento público, retrasos en la justicia, pérdida de credibilidad en la clase política por los excesos en torno a la corrupción...
Son muchas las cosas a las que nos tenemos que enfrentar como sociedad y país, pero... acaso no es un reto muy bonito.
Así que cenizos, pesimistas y llorones, bajen del carro, porque la batalla será dura y necesitaremos estar atentos y realizar las acciones con tal firmeza que parezca que nunca nos hemos equivocado. Ha llegado la hora del ingenio, de saber aprovechar los recursos, todo eso siendo mejores persona, y sí, se puede combinar.
Porque podemos, lo hemos hecho y sabemos, 2011 debe ser el año en que desaparezcan los fantasmas. Por todo ello, FELIZ AÑO NUEVO y salud para todos.
Por más propósitos que queramos hacer, enmiendas o visos de mejora, somos esclavos de nuestro pasado, de los actos que hemos cometido. Por poner un ejemplo próximo nos vale el típico propósito de perder un poco de peso y ponernos en forma. Correcto, es válido y hasta bueno para la salud, el problema es saber hasta qué punto nos hemos dejado llevar, puesto que no será lo mismo tener que perder unos kilillos, que por ejemplo, tener que perder 15 kilos.
Extrapolando esto a nuestra vida y sociedad, 2011 trae consigo los errores y vicios que hemos ido acumulando durante estos últimos años. Mala gestión económica, endeudamiento público, retrasos en la justicia, pérdida de credibilidad en la clase política por los excesos en torno a la corrupción...
Son muchas las cosas a las que nos tenemos que enfrentar como sociedad y país, pero... acaso no es un reto muy bonito.
Así que cenizos, pesimistas y llorones, bajen del carro, porque la batalla será dura y necesitaremos estar atentos y realizar las acciones con tal firmeza que parezca que nunca nos hemos equivocado. Ha llegado la hora del ingenio, de saber aprovechar los recursos, todo eso siendo mejores persona, y sí, se puede combinar.
Porque podemos, lo hemos hecho y sabemos, 2011 debe ser el año en que desaparezcan los fantasmas. Por todo ello, FELIZ AÑO NUEVO y salud para todos.
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