¿Por qué dejé de seguir el fútbol?



(16 / ene / 2015) - Las personas cambiamos, menos mal. ¿Qué sería de nosotros si tuviéramos los mismos intereses en todas las etapas de nuestra vida? Cuanto menos, algo aburrido. Dejaríamos de conocer nuevos músicos, ver películas diferentes o practicar ese deporte que nunca imaginaríamos hacer. En mi caso particular he transformado mis gustos deportivos. He pasado de ser un balompédico enchufado a un basketbolista compulsivo. No obstante, dicho cambio no ha sido azaroso, sino más bien entonado con ritmo de fado y bufandistas trasnochados.

Realmente habría que precisar que he dejado de seguir al Real Madrid, y como solución de continuidad, el fútbol. Hace bastante tiempo que no me interesa. De hecho, como dato objetivo, en 2014 vi solamente el partido de la final de Champions, entre los dos equipos madrileños, y lógicamente con animosidad hacia los colchoneros; y los partidos de la selección española en el Mundial de Brasil. Para hacerse una idea del cambio, hace apenas 4 o 5 años podía llegar a ver 3 o 4 partidos a la semana. Champions, Liga, Premier League…

El momento culmen, aunque como digo ha sido progresivo, lo viví en el último partido de Copa del Rey entre Atlético de Madrid y Real Madrid. Encuentro de vuelta, emoción, remontada… Pero ni un leve hormigueo en el estómago. Prefiero conectarme con la Euroleague (la Champions del baloncesto europeo) y ver partidos que de momento no tienen trascendencia. Hace años, como digo, hubiera sido un día grande. Compra de aperitivos, previa con tertulias de radio, generación de expectativas… Pero todo eso murió, la cuestión es por qué.

1. Mourinho. Quizá haya muchos factores, pero este portugués malencarado, filósofo cortoplacista y algo bocazas, provocó en mí tanta desesperación como cabreo. Hay acciones que nunca se deben permitir, ni el deporte ni el la vida. Pasar esas líneas fueron el primer empujón para valorar otras alternativas ante lo que pudiera durar.

2. Los otros portugueses. Lo siento, Cristiano Ronaldo tiene un grave problema de autoestima personal, y eso aburre muchísimo. En la enésima vez que metió un gol y no lo celebró con sus compañeros, entendí que este personaje había venido a revolucionar el fútbol negativamente. En cuanto a Pepe, el señor que pisa a la gente en el suelo… Nada que decir.

3. Agresividad desmedida. Quizá antes era un niño y no me daba cuenta, aunque juraría que nada es como ahora. Siempre ha existido la rivalidad entre Madrid y Barça, pero llevarla al extremo del odio y el desprecio sin mesura ha sido algo que me ha terminado por aburrir. La politización del fútbol en forma de absurdo ideológico es muy cansino.

4. Prensa bufandera. Otra añadido, si encima eres usuario de los medios de comunicación, ha sido el atrincheramiento de los diversos entornos mediáticos que acompañan a los equipos. Yo me acuerdo, hace años, de un programa precioso que había en Canal+. Se llamaba “Más Deporte”. Y era eso, deporte, incluido el fútbol y lo que suponía, no las medias gilipolleces sobre si un jugador se ha depilado la huevera.

La suma de estos factores, con el añadido de profundizar en la práctica del baloncesto, ha hecho que el fútbol y el Real Madrid sean parte de un pasado que no pretendo recuperar, al menos por el momento.

Con todo esto no quiero ser hipócrita. En el baloncesto también hay peleas entre aficionados, una polaridad entre Madrid y Barcelona, y jugadores que tendrán sus problemas derivados de la falta de abrazos en la infancia. No obstante, lo siento, creo que todo el entorno que rodea a ambos deportes está a años luz en cuanto a educación, empatía, solidaridad y esfuerzo. Que sea un deporte relativamente minoritario con respecto al fútbol provoca de entrada unos cambios en la mentalidad de quien lo sigue y lo practica.

No pretendo generalizar ni minusvalorar a nadie. Libres somos, y libres elegimos. Me gusta el baloncesto, amo el baloncesto, y con las mismas respeto a quien tenga esa devoción por el fútbol. A mí me han obligado a perderla. Encontré refugio en el basket, y no hay nada de lo que me arrepienta… Al menos por el momento.
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