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Mi último #15M

Nunca he estado muy en la sintonía del Movimiento 15M. No por sus legítimas reclamaciones y su aire de reivindicación que me parece fabuloso, sino porque nunca ha querido enfrentarse a la dura y cruel realidad.

Ya el año pasado me pareció que muy pronto sucumbió al absurdo y la generación de un ruido mediático que era más potente que su verdadera realidad. También estaba el eterno asunto de su representatividad, de verse como un movimiento no controlado. Pero quienes daban la cara, lo único que tenía era eso, mucha cara.

En ocasiones confié, otras me aburrió. Me cabreé cuando pasó a ser un movimiento ensimismado y protestaba por cosas que le pasaban. Detenciones, desalojos, etc, etc… El problema es que todo eso ha llegado el primer día.

Además, a este asunto, el de estar ensimismado desde el minuto cero, no creo que algunos de sus difusores más “famosos” ayuden con el tratamiento que dan a la información. Centrarse solo en detenidos, policías, golpes… Realmente parece que se trata de un movimiento de protesta contra la policía, cuyo fin último es sacar las vergüenzas y carencias de un cuerpo de seguridad que tiene fallos como cualquier otro.

Tener los teléfonos de abogados apuntados en el brazo, y sucedáneas payasadas, no hacen sino mostrar que la realidad ha abandonado al 15M. Insisto, no solo ellos tienen la culpa. laSexta, por ejemplo, que toma como bandera informativa este asunto, lo retransmite como si de un partido de fútbol se tratase a la espera de que aparezcan las “lecheras” y lleguen los porrazos.

Por otro lado tenemos a Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno de Madrid, que también juega un papel muy importante en esta sinrazón con la autorización o lo de las concentraciones, las acampadas y demás cuestiones que deberían ser anexas, pero se han convertido en “el problema”.

Si de una concentración, en Madrid, de más de 40.000 personas, lo importante son 18 porque han sido detenidos, con o sin motivo, tampoco entraré en el tema, realmente es que la esencia del movimiento se ha perdido.

Así pues, no tengo mucha intención de seguir dando mi opinión. Además, parece que voy a la contra y que me parece mal todo lo relacionado con el 15M. Solo digo una cosa: con cada situación se engaña uno mismo cuando quiere.

El movimiento resignado

Cada uno barre para su casa. Los "que mandan" dicen que la legitimidad la dan las urnas, 11 millones de votos y una mayoría absoluta. Pero se olvidan de que eso, en un país de casi 50 millones de personas, representa una aplastante minoría. Legalmente tienen toda la capacidad del mundo para cerrar bocas, pero moralmente, no es nada, es un grano de arena en el sentir de la ciudadanía.

Ahora bien, por otro lado, los que con 100.000 personas dicen hablar por boca de todos los españoles ante los atropellos cometidos por políticos, empresarios y demás miembros de la corruptela nacional, también se quedan un poco lejos de la realidad.

Los que realmente tenemos la certeza absoluta de nuestra "verdad" somos los del 'Movimiento Resignado'. No salimos en la tele ni ocupamos portadas en los diarios nacionales. No somos TT en Twitter, es más, muchos no tiene ni saben lo que es esto del "pollo". No tenemos asambleas, ni levantamos las manos. Es cierto que tampoco tenemos partido político, aunque votamos. Claro está que no somos mayoría en los parlamentos, a fin de cuentas, para muchos no somos nadie.

Pero recordad, nosotros sí que somos mayoría. Unos y otros se meterán con nuestra actitud. Nos dirán que no hacemos nada, que esperamos a que los demás lo hagan por nosotros. Que luego recogeremos sus frutos, pero se olvidan de una cosa, ¿alguien ha dicho que hagáis eso? Pues entonces no me des lecciones.

Cada uno baja a la Plaza de su pueblo con sus motivos, con sus reivindicaciones, pero lo hace en su nombre. Que lo haga con su movimientos, sus indignados y todo lo que quiera. Aunque a los otros, lo de las urnas y los 11 millones, les digo lo mismo, que no me representan.

Soy un resignado. Ya, lo sé, eso lleva poco lejos, pero ni unos ni otros me han demostrado ser lo más acertado. Sé que unos me roban, golpean y menosprecian, ¿pero cómo luchar contra eso?, ¿en una Plaza?, creo que no. Por más que les "joda" a los señores indignados y quienes les defienden, para su propio beneficio, claro está, siguen con su retórica simplona de que el Movimiento 15M solo quiere la calle, que no tiene pretensiones políticas, etc, etc... Pues bien, me resigno también ante eso, porque ellos mismos son unos resignados aunque juegan a otras historias.

Solo ha sido el primer día, el primer intento de volver a mostrar disconformidad... En lo que a mí respecta, seguiré en la lucha con mi 'Movimiento Resignado'.

Demasiado indignado para tan poca cabeza

Falta muy poco para que el movimiento indignado, 15M o como quiera llamarse tome la calle. Bueno, no solo eso. Personalmente no me encuentro en ninguno de esos movimientos, y el sábado saltaré a la calle como un torero salta a la arena.

Es decir, la calle volverá a convertirse en un clamor. Habrá mucha clase de gente. Estarán los pioneros y creyentes en ese movimiento, y, también, gente que simplemente está harta y quiere los que mandan tomen nota de nuestro cansancio social.

Aunque por desgracia no serán lo únicos. La famosa coletilla de “son solo unos pocos” ya no es tal. Tras las celebraciones de Real Madrid y Atlético de Madrid, se ha podido comprobar cómo serán las protestas de ahora en adelante en la capital, todas violentas.

Ya, lo sé, no se puede generalizar, pero cada vez demasiada gente toma como argumento y justificación que las cosas se hacen muy mal, que los políticos son tal y los empresarios cual. Eso valida para quemar cosas, romper escaparates y enfrentarse con los eternos enemigos, la policía.

De esta manera, todo hace indicar que la suma de una crispación social creciente y los cuatro bestias, que ya son ocho, provocarán lo que todos sabemos que pasará. El que se engañe, vive al margen de la realidad y lo que está pasando cada día.

Valencia y la educación, Barcelona en la huelga general… Creo que hay demasiados ejemplos. Bien es cierto que parte importante en la responsabilidad de todo esto lo tiene la policía, sí. Pero el juego legal es el que hay, y pese a lo que se pretende es precisamente eso, cambiar ciertas cosas, hay que cambiarlas estando dentro del sistema.

Se prevé un mayo muy calentito en la calle. Tras el ‘caso Bankia’, la gente sigue sin dar crédito a todo lo que está pasando. Nadie sabe interpretar lo que está sucediendo, y ese puede ser el caldo de cultivo perfecto para que todos tengan lo que quieren: el Gobierno a los culpables de una mala imagen internacional, y los alteradores profesionales un motivo para quemar contenedores.

El 15-M, la prensa fatalista y la realidad

Los veranos, al menos todos los que recuerdo, siempre se habían caracterizado por ser tranquilos, monótonos e incluso aburridos. Pequeñas noticias que saltaban a la actualidad por falta de temas, o desgracias, que ahora se me vienen a la cabeza, como aquel fatídico verano en el que asesinaron a Miguel Ángel Blanco.

Pero este verano, ¿qué pasa en España?, ¿nos hemos vuelto locos? No hay ni una sola semana de tranquilidad.

Ahora, sin ir más lejos, tenemos de nuevo a las turbas enfurecidas en la calle, o lo que es lo mismo, el movimiento 15-M. No voy a decir nada malo de un movimiento en el que ya no creo. Un grupo de gente que lucha por si misma y que no representa a nadie. Agitadores que creen llevar puesta la casaca de la reivindicación social, pero que realmente hacen cosas mientras pasa la vida ante ellos.

Por otro lado, tenemos a la prensa. Una prensa loca, irritable y absurda. Vean si no las portadas de hoy: "hundimientos, caos, incendio"... ¿En serio se creen que está pasando todo eso?, ¿de verdad piensan que la gente anda preocupada por la prima de riesgo?

Soy consciente de que dicha prima de riesgo, y el valor que se mueve en los mercados, influye a la ciudadanía, pero mi pregunta es: ¿tienen sentido estas portadas? Es decir, realmente aporta algo. Ya sabemos que las cosas están complicadas. No dan créditos, no hay mucho trabajo, la vida se encarece... Pero de ahí, al incendio, el caos... Por favor, ni que hubiera llegado el apocalipsis.

Hay que vender periódicos y los agitadores se aburren en casa, pero se han parado a pensar si, ahora mismo, al resto de la ciudadanía le importa todo esto. Insisto, reivindicarse por lo que es justo tiene una importancia capital, y contar lo que pasa en el economía mundial, también. Pero no seamos tontos, ahora lo que importa a la gente esto...


Y decir lo contrario es negar la realidad.

La representación es clave

No lo negaré, pero despúes de escuchar esta mañana la Cadena SER, y pese a saber que no conduce a ningún lugar, con el tal Jon Aguirre, dícese de uno de los portavoces de 'Democracia Real Ya!', me gustaría caer en la descalificación fácil. No sé bien por qué, insisto, pero desde hace un mes, cada vez que le oigo hablar tengo la misma sensación que con Mariano Rajoy. Es decir, que podrá ser buena gente, incluso buen gestor y válido para su cargo, pero es verlo y echarme para atrás.

Sus expresiones de manual, su falta de retórica fundamentada, su "me creo guay por salir en la radio", su nula educación en algunas ocasiones. Esa sensación de creerse respaldado por la gente que está en la calle. No sé, es un cúmulo de acciones que llevo viendo un mes que no me gustan nada.

Debo confesar que desde el primer día he sido muy crítico con el movimiento 15-M. Pero no con su fin, que apoyo y respaldo al 100%, sino con la gente que se ha llenado la boca diciendo que esto es un movimiento ciudadano pero que no deja de aparecer en los medios. Esa gente que dice repeler una representación política pero que se denominan portavoces de LA VOZ DE LA CALLE, ahí es nada.

200.000 personas en la calle es una barbaridad, un auténtico grito unánime sobre la relevancia de estas protestas, pero ahí no puede quedar todo. Ahora llega el verano, y mal que pese a la gente, todos tienen un pueblo donde perderse por unos meses. La clave será a la vuelta, si todavía sigue sin haber un líder, unas ideas claras y definidas, el movimiento 15-M seguirá en un lenta agonía hacia el sueño de una noche de verano.

De la acampada a la okupación

Sé que el más objetivo del mundo con el tema del movimiento 15M no soy, y que a lo mejor el título de esta entrada es un poco exagerado, pero después de pasear un buen rato por las múltiples acampadas de Sol, creo que algo de mí ha cambiado mucho con respecto a la idea original del movimiento.

Al principio fui bastante timorato y me costó pensar que lo de las manifestaciones y demás eran el camino correcto para exigir cambios de índole muy diversa y tan magnánimes. Después, con el paso del tiempo, más o menos, entendí todo lo que se pedía, y llegué a pensar que la utopía es el primer paso para llegar a la realidad. Pero después de estar una tarde entre pancartas con faltas de ortografía, asambleas que hablan de circos y pasacalles... he llegado a casa con una gran desilusión.

Nadie me puede discutir lo que ven mis ojos y oyen mis oidos. Nadie me manipula, ningún medio de comunicación me muestra imágenes de niños con polo Lacoste haciendo el tonto. Yo, con mis propios ojos, veo como hay una cantidad bastante considerable de gente bebiendo alcohol, cachimbas por todos los lados, y otras cositas maravillosas que también se fuman. A ver, no soy hipócirta. Soy el primero que bebe en la calle y que ha fumado, pero lo hago un viernes cuando no intento cambiar un sistema político, social y económico.

El espíritu y las ideas del 15M siguen en pie, pero cada día que pasa la acampada en Sol desvirtúa la realidad de lo que fue su origen y pierde la seriedad que se debe imponer si de verdad se pretende cambiar la parte del sistema que huele mal. Ya no es protestar, es okupar un espacio público y peatonal, es estar de cañas y canutos pasando la tarde. Sé que hay gente que sigue proponiendo, que sigue luchando, que todavía piensa que con buenas ideas se pueden cambiar las cosas que están mal hechas. Lo que sucede es que, como sucede con todo en la vida, es difícil separar la paja del grano, pero cuanto antes se debería hacer, por el bien del movimiento y lo que pretende representar.


* Texto añadido

Después de recibir varios mensaje en el tablón de Facebook, debo aclarar que esta entrada nada tenía que ver con lo que se fume o se deje de fumar en Sol. Simplemente era un añadido más a una serie de despropósitos que había visto.

En esa serie de despropósitos he oído en alguna asamblea algo así como "yo no tengo ni idea de economía". Y ese es el problema. Unos que no tienen ni idea de economía y hablan de disparates sobre empresas y finanzas, otros que no tienen ni idea sobre política y hablan de leyes... No digo que no haya habido gente muy inspirada y formada en Sol, y con ideas muy buenas, lo que pretendía expresar es que todo eso ya es residual, que se ha ido de las manos y cada vez se hacen cosas más raras y extravagantes que no conducen a nada.

La lucha debe continuar, pero con sentido, unos portavoces muy definidos y un proyecto que se materialice y ayude al cambio. Las reivindicaciones ya se han oído. Se conoce el malestar de la gente, los políticos han tomado nota de cómo la sociedad sí es capaz de movilizarse, pero en serio, las acampadas y parrilladas mejor en la Sierra de Guadarrama.
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