Mostrando entradas con la etiqueta África. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta África. Mostrar todas las entradas

El mundo se muere...

... pero ahora hay excusas.

Un domingo relajado de verano sin algo de prensa, como que es menos verano. Por eso, antes de la tapita postmediodía y con la zozobra de pensar en qué hacer de comida, nada mejor que leer un poco. Mi elección, al menos de momento -aunque cada vez estoy más indeciso-, sigue siendo El País, al que he bajado mi calificación y lo he puesto en 'BBB+' con perspectiva estable.

Pero yendo al asunto que hoy me ocupa, me parece curioso, y a la vez terriblemente duro, lo que se puede ver en la portada de El País, porque marca la realidad de la actual situación.

Un enorme "Somalia se muere", ambientado con una foto de esas que tanto gusta hacer de una persona sacando el ticket de camino al cadalso, es acompañado por el titular del día: "Los impagos de los Gobiernos se disparan a 50.000 millones".

Supongo que no hace falta decir mucho más. Sin querer, entiendo, el diario de Prisa ha dejado muy claro qué sucede en Occidente y por qué se está dejando morir a la gente en África. No hay dinero ni para enviar latas de atún. Las arcas están secas, desplumadas por muchos políticos caradura y lastradas por una economía consumista que nos ha llevado a la derrota.

Está claro que el problema del hambre en África no se soluciona con ayudas. De hecho, habría que utilizar la parábola "no le des pescado, dale una caña de pescar y enséñale". El problema es que ahora mismo no hay ni para pescado, ni cañas, ni enseñanza. No hay nada. Los culpables somos nosotros. Occidente se ha consumido a si mismo entre deudas, impagos y escasas soluciones. Las ideas útpicas de ayuda al tercer mundo o los países en vías de desarrollo son ahora un problema. No hay dinero para pagar a miles de empresas y trabajadores, por lo que los dispendios de puertas para fuera son más difíciles de justificar.

Ojo, no digo que no haya que seguir ayudando, de toda manera posible. Digo que, ahora, nuestros gobernantes tienen la excusa perfecta para no tener que dar explicaciones. Si no hay dinero aquí, no lo puedo enviar allí. Argumento simple y contundente. Un mundo muerto de hambre al que nosotros hemos ayudado a morir. Nos podemos sentir orgullosos.
Designed By Blogger Templates