(20 / ago / 2017) - Los cambios, por norma general, producen sensaciones encontradas en la gente. Hay quien tiene una enorme facilidad para adaptarse a nuevos escenarios. Otros, entre los que me incluyo, tenemos ciertos temores en cambiar "lo de siempre" por otras cosas. Pero hay veces que es bueno, y hasta necesario.
Esta semana se cumplirá un mes en mi nuevo trabajo. Tras dos años (y pico) en 'Sabemos' llegó el turno de poner punto y seguido para enfrentarse a nuevos retos. De inmediato vino la oportunidad que me brindó 'Merca2.es'.
El escenario era similar. Me encontraba, se podría decir, en una cómoda "zona de confort". Iba a seguir tratando la información que cubro desde hace años: empresas tecnológicas y de telecomunicaciones. Todo bajo control. Conozco a las fuentes, los enredos regulatorios, sé lo que escuece y lo que vale para ganarse ciertos favores y sonrisas. Se trataba de una especie de giro lampedusiano, ya saben, cambiar todo para que todo siga igual.
Pero ha llegado la hora de dar otro paso. Salir de ese supuesto confort, y buscar nuevas experiencias. Vaya por delante que soy del bando que ve absurdo eso. ¿Si estás bien, por qué cambiar? ¿Si algo te genera ansiedad, por qué enfrentarlo sin necesidad? Aunque como diría el filósofo Ortega (o algo parecido) "yo soy yo y mis contradicciones".
Así pues, en las próximas semanas también empezaré a tratar asuntos energéticos. Sí, correcto. Me uniré al club periodístico de "los chispas". Hasta ahora era un lector de estos temas. Usuario de información. De ahora en adelante tengo el objetivo de ser generador de dicha información. Sin miedo y con muchas ganas e ilusión. Todo ello sin abandonar, claro está, mis queridas telecos.
Aprenderé rápido. Conozco a los mejores y he podido trabajar con ellos. El reto es mayúsculo, pero me apetece. Hay momentos en los que cambiar hace que todo vuelva a ser como antes. Lo importante es el camino. O eso dicen los creadores de memes con la cara de Coelho.
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