Las redes sociales, las redes individuales
(10 / oct / 2014) - Antes de nada, y para que los guardianes del saber absoluto en temas de 'social media' no me acusen de predicar fórmulas exactas y absolutas sobre las redes sociales, debo aclarar que no soy ningún experto, y que mi vertiente profesional ha sido relativamente corta en este sector. Pero a la vista de la situación, me congratulo en pensar que ni ellos, vigías del saber “social”, suelen acertar en la mayoría de las ocasiones.
Resuelta esta cuestión, y tras leer la enésima muerte anunciada de Facebook, quiero recuperar un texto publicado recientemente por mi buen amigo tuitero Jesús Martínez (@jesusmargon). Como la mayoría de las veces, estoy de acuerdo con sus palabras al 100%, no quito ni pongo una coma; pero discrepo de su razonamiento en la totalidad del texto. No… no es una contradicción. Creo que su argumento es totalmente válido, pero como precisa al final del texto se trata de un “balance” que debe hacer cada uno. Es decir, cada red social, cada usuario, cada práctica que se lleva a cabo es individual aunque esté transversalizada por conductas colectivas.
Hace tiempo ya dije que mi padre no usaba Facebook ni Twitter, pero que sí tenía una opinión (y voto) sobre lo que sucede a su alrededor, y que quizá estábamos segmentando mucho la opinión pública y publicada en función de lo que piensa un grupo de personas, muy activo, sí, pero a fin de cuentas bastante reducido.
Por eso, y tras leer lo publicado en 'El Confidencial' sobre la encuesta a la que se refieren, y teniendo en cuenta que el universo de la misma ha sido realizada a adolescentes, es cuando pienso en mi padre, el uso que da a las “redes sociales”, o las herramientas que se le parecen, y el uso que le dan los jóvenes, en este caso de EEUU.
Reordenando ideas. La encuesta pretende establecer tendencias de uso y consumo sobre los jóvenes, pero resulta que mi padre, sin que nunca haya tenido Facebook o Twitter, se ha desplazado a WhatsApp, como han hecho esos púberes americanos. Por lo tanto, caemos en la cuenta de que las redes sociales, más allá de su propia esencia “social”, solo generan conductas individuales que cada uno resuelve de la mejor manera.
Así pues, ¿qué nos ha dado o quitado Twitter? Pues posiblemente nada, porque de hecho hay una gran mayoría de personas que no lo han utilizado nunca. Con todo esto, donde quiero conducir el razonamiento de este desordenado post es a que se me antoja imposible predecir la muerte de Facebook, el auge de Instagram, o cualquier soflama gurusista que nos adelante el futuro, y que por el contrario, como hace el compañero @jesusmargon, sí debe haber valoraciones personales e íntimas. ¿No habían muerto los blogs? Pues curiosamente es el formato que han adoptado la mayoría de medios digitales para segmentar su audiencia, la de los lectores que de verdad son lectores y no usuarios (clicks).
Tiene su lógica predecir el futuro en base a los comportamientos y tendencias actuales, pero cuando una persona de 18 años, y otra de 58, llevan a cabo acciones similares, con fines distintos, resulta que lo “social” se configura en individual.
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