Una ronda de tetas y cervezas en 'Shameless' (#recomendación)

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Desde que se inventó Instagram nuestra realidad tiene un color distinto. No se trata de una mirada nueva o diferente, simplemente es cuestión de tamizar lo que sucede de verdad, poner un filtro para que las cosas hagan menos daño. Pues bien, ‘Shameless’, una serie que si todavía no has visto, ya estás tardando en hacerlo, pretende mostrar la realidad tal como es, sin un gris borroso que difumina los colores, o un desenfocado para no ver la mierda que hay por detrás. Todo claro, nítido y sin ojos borrosos.

¿Pero qué es ‘Shameless’? A mi modo de ver: la realidad. Pero vayamos por partes. En lo formal podemos decir que se trata de un remake norteamericano de la serie británica sobre la peculiar familia Gallagher, en la que Frank (William H. Macy), un padre soltero y alcohólico, trata de educar a sus seis inteligentes, salvajes e independientes hijos. Pero realmente esta serie debe suponer para cada uno, de forma individual y en una soledad similar a lo que supone entrar en el cuarto de baño, una forma de introspección sobre la sociedad en la que vivimos y cómo un mundo que parece muy alejado realmente no lo está tanto. 

Llegué a ‘Shameless’ por casualidad, de forma inadvertida y apenas sin hacer ruido. Pensé que se trataba de una comedia al estilo ‘The Big Bang Theory’ o similar. Es decir, una “sitcom” y nada más. Pero mi sorpresa fue mayúscula después de ver el primer capítulo. Un golpe en el mentón. Me recordaba a cuando de pequeño, mi padre, con el fin de echarme la bronca por algo me cogía justo de los pelos por detrás de la oreja y me mostraba “su” realidad. Se trata de un ejercicio de ver lo que sucede en el mundo, no cerrar los ojos y esperar a que todo pase

Los Gallagher son una familia rota, desestructurada y que no llega a fin de mes. Seis hermanos criados por la mayor de la familia, y haciendo del pillaje y la trampa su forma de vida. Quien lo vea pensará que eso no existe en España, como decía unas líneas más arriba, aunque para solucionar esto nos gusta cerrar los ojos y salir a dar una vuelta por el Paseo del Prado o la Gran Vía y pensar que eso no sucede. Pero no seamos hipócritas de falsa voluntad, levanten la vista y verán como existen familias donde llegar a fin de mes les supone unos trabajos de ingeniería fiscal que ni el mismísimo ministro de Hacienda sería capaz de llevar a cabo. 

Lo bueno de ‘Shameless’, como también sucede en la vida, es decir, esa etapa en la que nos pasamos todo el día pensando dónde iremos de vacaciones, es que deja margen para el humor, los sentimientos encontrados y una buena y cuidada escenografía. No estamos hablando de una serie menor ni mucho menos, sino de una producción muy trabajada con unos personajes a los que un puñado de capítulos después es imposible no querer. Además, hay cuestiones, como por ejemplo el sexo, donde muestra una fría sensación de realismo consumada en el desnudo de sus personajes, que a veces roza lo obsceno, pero que desmitifica las relaciones sexuales entre sábanas de seda

Todo esto lo digo habiendo visto una temporada y media del total de cuatro que de momento llevan. Pero como decía al principio del post, si odias los filtros, y estás dispuesto a asumir la realidad, ‘Shamless’ es tu serie. Seguramente habrá quien piense que todo está exagerado, pero eso es porque en demasiadas ocasiones usa Instagram para fotografiar a realidad.


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