El problema del cine no es el precio

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Sala de cine CINESA Parquesur (precio de entrada: 3,50 euros)

La foto que ilustra este post pertenece a una sala de los cines CINESA de ParqueSur (Leganés) el pasado 11 de diciembre. La película que se pasaba era ‘2 Guns’, protagonizada por Denzel Whasington y Mark Wahlberg, y el precio era de 3,50 euros por entrada. ¿No decían que con los precios reducidos la gente iba al cine en masa?
 
Vale, para no ser del todo demagogo, se debe aclarar que no se trata de una película de estreno, ya que consiste en una de estas acciones que llevan a cabo muchas salas de pasar largometrajes que ya no están en cartelera, pero sigo planteando la misma pregunta, ¿no decíamos que el cine era muy caro?, ¿es que todo el mundo ha visto esta película cuando estaba de Estreno?, ¿o es que a nadie le apetece ver la décima película de Denzel en lo que va de año? 

En la última pregunta es en la que me centro. Hace unas semanas cuando se bombeó y platilleó el asunto de las entradas baratas en los cines y las colas infernales, discrepé con propios y extraños sobre dos cosas. Una, que las entradas no pueden costar 3,50 euros, y dos, que el problema del cine va más allá del propio coste de las entradas, y se centra en la relación calidad-precio que tienen todas en su conjunto, y en la comparativa en particular. Pero vayamos por partes. 

EL CINE NO PUEDE VALER 3,50 

Hace un tiempo alguien me dijo que las cosas no tienen precio, que simplemente pagamos por ellas el valor que creemos que tienen. Esa sería la esencia de la doctrina económica de Adam Smith. El libre mercado, la ley de la oferta y la demanda. El panadero fija un precio a su barra, y yo soy el que ve óptimo si se la pago o no. Una vez así, él tiene la opción de subirla y jugar con la elasticidad de lo que yo considere sostenible, o bajarlo y apañarse con los márgenes que consiga. 

Pues bien, el cine es igual. Quede bien claro que concretamente sobre esta industria no estoy muy al tanto en lo que se refiere a sus costes y demás, pero algo me dice que 3,50 euros no puede ser el precio objetivo de una entrada. Ahora bien, que nadie se alarme, puede que 9 euros tampoco lo sea, pero para eso está la oferta y la demanda, y como en su día argumentaba cuando discutía con la gente, si mantienen unos precios tan elevados, por algo será, no creo que en ese sector todos sean estúpidos y nadie sepa lo que hace. 

Así pues, como creo que el precio no es el problema, ya que cada uno paga lo que cree que debe, hay otras cuestiones que me llevan a pensar en este progresivo hundimiento del cine como industria. Como de piratería no voy hablar, aunque creo que supone el 50% en todo este caos, hay algo muy importante que se desprecia sistemáticamente, y es la relación calidad-precio.


EL PRECIO NO LO ES TODO 

¿Por qué estaba vacía esa sala para ver una película que se ha estrenado este año con un precio de 3,50 euros? Pues por lo mismo que hubiera estado vacía si las entradas no costasen nada, simplemente porque no interesa. 

En un intercambio de ideas que tuve con @blogdebori en su web sobre este asunto, le expuse un argumento que me parece clave para entender uno de los aspectos esenciales para darse cuenta de que en el cine el precio no lo es todo. ¿Por qué me cuesta lo mismo entrar a ver ‘¿Quién mató a Bambi?’ que ‘El Hobbit’? Simplemente es descabellado. Por lo mismo que un Renault Megane no cuesta lo mismo que un Ferrari, no entiendo por qué se oferta con el mismo precio un producto que otro. 

“Es que hacerlo de otra manera es imposible”. Bueno, pues háganlo posible, porque de lo contrario la industria del cine se hundirá, pero que no haya sido por falta de ideas. “No se pueden poner películas con distinto coste”. Bueno, seguramente no se podrá, e incluso tendrá una explicación razonable, pero entonces que no cuenten conmigo para visitar una sala de cine cuando quieren cobrarme lo mismo por ver la absurda producción española “Grand Piano” que, por ejemplo, ‘Lincoln’ o ‘La vida de Pi’. Así, esta situación me devuelve a los precios y la sala vacía para ver ‘2 Guns’. La gente le da lo mismo que valga 3,50 euros que 6 o 7, la cuestión es que desestiman ese producto por falta de calidad e interés en sus gustos personales. 

UNA INDUSTRIA SOBREALIMENTADA 

Como he dicho anteriormente, no es que precisamente conozca todos los entresijos de la industria del cine, pero como espectador me parece curioso que cada semana se estrenen 4 o 5 películas, cuando no más, y así durante todo el año. ¿De verdad que todas merecen la pena? Aunque haya un público para cada film, me parece una locura que lleguen a la cartelera ciertas cosas. Hay que respetar el trabajo de todo el mundo, pero claro, lo que no se puede pretender es pagar 9 euros por ciertas cosas… Bueno, realmente ni 3,50 euros. 

De este modo, la última vez que vino del ‘Circo del Sol’ a Madrid saqué mi entrada y me costó 60 euros. ¿Es caro? Una vez que sales del espectáculo te das cuenta de que no. ¿9 euros por ver una película es caro? Pues depende de qué película, y aquí nos enrocamos en el asunto de los precios, la calidad y lo que valen y no las cosas. 

Mi opinión personal es que el problema de la industria del cine va más allá del precio y la piratería, y gran parte de su problema puede residir en esa sobrealimentación del sector y la calidad. Pero como nos gusta quedarnos en la superficie, sigamos gritando que el cine es caro, pero luego cuando lo ponen barato, dejemos las salas vacías.

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